La muestra, instalada en la galería El Caballo Verde, atrae por la riqueza viva de sus coloridas imágenes y la exquisita técnica con que fueron creadas.
La muestra, instalada en la galería El Caballo Verde, atrae por la riqueza viva de sus coloridas imágenes y la exquisita técnica con que fueron creadas.
Mauricio Maldonado Quilodrán
mauricio.maldonado@diarioconcepcion.cl
Una estufa encendida, una lámpara colgante, un filodendro, una mopa, habitaciones. Objetos y espacios cotidianos que uno a uno se van desplegando en las paredes de la galería El Caballo Verde, resaltando por la viveza de sus colores.
La muestra "Xilografías" de Beatriz Leyton, desde ayer y hasta comienzos de septiembre, se ha tomado con propiedad este espacio de arte penquista, con trabajos sacados de imágenes o escenas comunes.
"Son como reminiscencias colectivas, espacios que son vividos, una mirada a los objetos cotidianos, algunos provenientes de la memoria, del recuerdo, y otros del diario vivir", comenta la destacada grabadora nacional.
Son nueve cuadros que se generan a partir de una muestra anterior de Leyton -configurada con grabados digitales-, los que si bien apuntan a la misma dirección temática, lo hacen con un matiz un poco más acogedor y expresando cierta calidez.
"Expuse anteriormente espacios solitarios, donde el hilo conductor temático tenía que ver con la incomunicación del individuo -no aparecía la figura humana sino algunos objetos como de juguete-, la incomunicación de la sociedad actual y su frialdad. Y ahora con la xilografía como que vuelvo a tomar los espacios vivenciados, pero con un elemento o toque más cálido, como que es el tiempo de habitar, espacios vivenciales más cálidos, la lectura es un poco distinta en ese sentido", dijo la artista.
Una técnica viva
Los objetos no son ajenos a la trayectoria de la artista, ya que en distintas oportunidades ha retratado sillas y frutas, lo mismo que con los espacios, que quedaron retratados en su muestra "Family Life" -montada en el Museo de Bellas Artes de Santiago-, instalación hecha en su totalidad con alfileres, los que se prendían dando la sensación de ser luces Led.
"Me volvía a topar con los espacios vacíos y además precarios, dado por la materialidad con que fue hecha. Una idea del habitar humano tan cálido, pero a la vez tan incomunicables, es cuestionar la comunicación", detalló Leyton.
Esta misma idea quedó patentada en la muestra de trabajos digitales de la grabadora -antecesora de "Xilografías"- donde "los espacios son mucho más fríos, más incomunicados, escenarios que también dan cuenta de imágenes un poco dolorosas, como de soledades", acotó.
"Xilografías" hicieron que la grabadora volviera a su lado más cercano y manipulable con la disciplina del grabado, es decir, el volver al trabajo más puro de la manipulación de matrices para generar las obras, lejos de la impresión digital en serie, llenándolas de diversos colores.
"Tengo alma de xilógrafa, que si bien es un formato algo trabajoso, tiene una gran riqueza técnica más viva. Además, en mis obras mezclo muchos pigmentos y matices, lo que no es muy común en esta técnica, ya por lo general se hace en tonos oscuros, en negro fundamentalmente", contó Leyton.