El instrumento contempla entre 40 y 50 preguntas, y estará disponible hasta el 30 de junio. Los resultados del estudio estarán disponibles entre octubre y noviembre. Director regional de la entidad explica sobre sus alcances.
Por Hugo Ramos Lagos
El Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (SENDA) inició una tercera edición del Estudio de Drogas en Educación Superior, el primero tras la pandemia. Con una meta aproximada de 4.500, se busca perfilar con mayor precisión los actuales patrones de consumo entre estudiantes superiores, en un contexto marcado por el retorno a la presencialidad.
En total, dentro del Biobío participan 14 instituciones, entre las cuales se encuentran la Universidad de Concepción (UdeC), la Universidad Católica de la Santísima de Concepción (UCSC), la Universidad Técnica Federico Santa María (USM), la Universidad del Bío-Bío (UBB), la Universidad San Sebastián (USS), el IP Virginio Gómez, Santo Tomás e INACAP.
Para conocer más al respecto, Diario Concepción conversó con el director regional del Senda Biobío, Bayron Martínez:

Foto: Raphael Sierra P.
-Queremos estudiar las drogas de uso y abuso en la educación superior. Este espacio viene siendo muestreado desde el 2018 recién, y este sería el tercer estudio de educación superior.
Estamos abordando primero las drogas más consumidas por los estudiantes, que son principalmente alcohol y cannabis. Que, por cierto, en el año 2021 su consumo superaba el 63 % y 34,5 % de manera habitual a nivel país.
Destacando, lamentablemente, que el consumo de alcohol abusivo —cinco tragos o cuatro tragos en una misma ocasión, para hombres y mujeres respectivamente— era reiterativo a lo menos una vez al mes. Eso quiere decir que, del total de la muestra, cerca del 40 %, los estudiantes en total consumen alcohol de manera habitual.
Estos estudios se realizan a través de una encuesta con más de 40 preguntas a los estudiantes. Pero pueden ser hasta 50, dependiendo de la contestación de la misma.
–Ahora son 11 casas de estudio en la región, y por razones administrativas se restaron dos de las trece que había en 2021. Pero esperamos tener un reporte representativo, lo cual para nosotros sería que las casas de estudio que tengan entre 1.000 y 1.500 estudiantes, a lo menos aporten 100 contestaciones. Y en las casas de estudio que sobrepasen este número, a lo menos deberían tener entre 150 y 400 respuestas.
En esta oportunidad esperamos tener cerca de 4.500 respuestas de los estudiantes en la región, y tener esta información nos daría una contundente base de datos, para tener información rica y fresca, pero también desde el análisis de datos, evidencia.
-Sí, eso esperamos.
–Solo pregrado, porque son estudiantes regulares, de primer a quinto año. Sin perjuicio de que algunas casas de estudio tienen hasta séptimo año en algunas carreras, buscamos estudiantes regulares.
De hecho, el mismo instrumento descarta al estudiante si no está matriculado. Entonces, ahí efectivamente se hace una depuración automática de la muestra.
-Queremos ver qué pasa con eso. El tema de oferta evidentemente debería cambiar, porque los jóvenes volvieron a espacios abiertos, ya no están de manera online, por ende entendemos que debería ser el paso natural.
Ahora, sobre su efecto específico en la curva, esperamos que sea lo menor posible, pero eso nos lo va a decir la información que entreguen los mismos estudiantes.
-Sí, claro, vamos a tener 16 reportes, y vamos a tener uno por cada universidad o institución, además de diversos emplazamientos. por ejemplo en los tres INACAP y —por cierto— la UdeC, tanto la casa central como la sede de Los Ángeles.
-Por la cantidad de información, desde el Observatorio Chileno de Drogas nos indicaron que debería estar listo entre finales de octubre y principios de noviembre —por cada casa de estudios—, luego se dará regional y el nacional.
-Aparentemente sí, y si bien no lo ahondamos particularmente, esperamos que al tener presencialidad en las casas de estudio, propendemos a invitar a hombres y mujeres a contestar la encuesta.
Al parecer —y esto es más una suposición—, por la información de los dos estudios anteriores, los hombres son más reservados para contestar este tipo de encuestas.
-Efectivamente, aunque para ser honestos, cuando se entregó el resultado al estudio fue más difícil aplicar acciones inmediatas, porque estábamos en plena pandemia, y la gran mayoría de los jóvenes retomaron sus clases en el 2022.
Pero efectivamente nosotros tenemos esta red de educación superior, la cual año a año realiza acciones formativas con la Academia SENDA.
Actualmente tenemos cerca de 40 cursos a disposición de la comunidad, como elementos autoformativos, que les sirven incluso para su currículum laboral.
-Mira, desde el abordaje específico, es sorprendente ver el bajo nivel de conocimiento respecto al uso de sustancias, sobre todo las que no son conocidas, y eso tenemos que verlo desde lo formativo: Desde indicarles a los jóvenes que, sí consumen (por ejemplo) alcohol, aparte de los efectos nocivos, donde una persona puede perder la vida por un coma etílico, también pueden haberlos por consumir éxtasis, el cual puede generar hipotermia y paros cardiorrespiratorios.
Entonces, necesitamos primero determinar el riesgo, pero también dar estrategias que permitan mediarlo, ya que los jóvenes muy probablemente terminen consumiendo.
Y por último, es relevante que los equipos de las universidades —al detectar consumo problemático de alcohol o drogas— tengan herramientas para derivar a los estudiantes a centros de tratamiento que atiendan su salud mental, física y psíquica por trastornos por abuso de sustancias.