Residentes de sectores colindantes con áreas rurales, ubicados al oriente de la capital penquista, exponen las diversas situaciones que enfrentan para gestionar una eficiente organización ante el riesgo de desastres.
Por: Hugo Ramos Lagos
Las organizaciones civiles que habitan en las inmediaciones de la Provincia de Concepción constantemente están amenazadas por la extensa cubierta boscosa que colma los cerros y elevaciones aledañas a la zona urbana.
Si bien, ya se está alerta debido a la similitud de la geografía con la zona afectada de la Región de Valparaíso, los pobladores de sectores yuxtapuestos a la Ruta 146 —como Palomares, Juan Riquelme o la Población San Jorge— aún reúnen esfuerzos en mantener la seguridad de las viviendas y las vidas del área.
Para el presidente de la Unión Comunal de Juntas de Vecinos y presidente de la Junta de Vecinos de Palomares, Moisés Ríos, la zona “se compone de algo similar como la quinta región”. Pero aclaró que, a diferencia de la Región de Valparaíso, el terreno no se encuentra en altura, ya que corresponde a una depresión rodeada por cerros.
Ríos especificó que Palomares “se compone de cinco juntas, de las cuales dos han podido trabajar en prevención de incendios con la Municipalidad (…). Pero, por ejemplo, esta Junta de Vecinos, que es una de las más grandes de Palomares está imposibilitada de hacer cortafuegos preventivos, porque son terrenos de privados. Entonces, tenemos por un lado el Fundo Giacaman, que es imposible dialogar con los dueños, y tenemos otro fundo —Asociación Sanhueza— con el mismo problema”.
El mismo representante vecinal sostuvo que existe coordinación eficiente con Bomberos, dado que se trata de un sector urbano -colindante con zona rural-, pero no con Conaf, con quienes señaló que no ha tenido contacto.
El dirigente agregó que el sector rural se encuentra abandonado y dijo que no existe suficiente apoyo, hay cuadras de que se han organizado entre los mismos vecinos para ir en combate en apoyo a Bomberos en caso de una emergencia. “Eso es muy destacable, porque son vecinos que se organizaron con documentos para poder combatir los incendio”, destacó.
Por su parte la presidenta del Comité de Prevención de Incendios de la Población Juan Riquelme, Patricia Vera, explicó la existencia de tres zonas contiguas con la villa, que son el Fundo San Valentín, Santa Rita y Chanco.
“Tenemos cartografía del lugar, tenemos los puntos de encuentro de evacuación, tenemos detectados a los adultos mayores en caso de una emergencia, pero la primera parte que hacemos es la limpieza de los alrededores del cerro”, destacó.
“Arriba tenemos un cortafuego de 20 metros de ancho, el largo no lo porque es todo un camino que hicimos, y en total son 30 metros, ya que tenemos 10 de camino más 20 de cortafuego a las orillas de las casas por la vegetación natural, también se hacen cortafuegos por debajo, 2 metros por debajo se mantiene todo despejado”, precisó.
Asimismo, la presidenta Vera, aseveró que en el caso de su sector “el municipio firmó un trato con CGE para poder agilizar el tema de los cortes, el municipio interviene y agiliza la llegada del vehículo”, añadió.
Sin embargo, muy a pesar de los avances, la presidenta del comité afirmó que “Juan Riquelme tiene un tremendo problema con una toma, que ha provocado cortes de luz siempre a la misma hora. Estábamos horas sin luz porque ellos se colgaban de mala manera, tuvo que venir la CGE y poner una caja auxiliar para soportar (…), eran todos los días, arriesgándonos a que se quemara”. También, la dirigente explicó que no se ha realizado ningún desalojo.
Rememorando el mega incendio que afectó enormemente a la Región del Biobío durante el primer trimestre de 2017, el mismo Moisés Ríos de Palomares manifestó que los fuegos se ubicaron “a metros de las casas”, misma situación que en San Jorge, donde las llamas traspasaron límites, pero no se registraron grandes pérdidas.
Patricia Vera, por su lado, expuso que al momento que iniciaron los siniestros de 2017 “se acercó un grupo de personas que eran de la Red de Prevención de Incendios, Empezamos a tratar con ellos e hicimos un programa en conjunto con Arauco para prevenir los incendios, primeramente, buscando los focos, los que realmente podrían provocar un incendio ‘de la nada’, después de los intencionales”, explicó.
“Fuimos creando redes, se sumó el municipio, Bomberos, Conaf y Carabineros, esto para tener una conexión directa en el caso de tener alguna emergencia (..). Así se empezó a trabajar con los vecinos, enseñándoles que, primeramente, para hacer una conexión tenían que hablar con la CGE. En caso de que los vecinos tuvieran patio trasero, para que sacaran los desechos tuvieran contacto directo con Aseo y Ornato”, relató.
Según la opinión del director regional de Conaf Biobío, Rodrigo Jara, es “super importante ver a la comunidad involucrada en el acciones de prevención que son tan necesarias para prevenir los incendios”
Jara indicó que existen “cerca de 600 kilómetros de cortafuegos que se han construido en la región en conjunto con el Ministerio de Obras Públicas. Como Conaf son cerca de 223 kilómetros que se han construido (…). Es un trabajo colaborativo y se ha construido en donde los mismos municipios nos han dicho”.
“También estamos construyendo cortafuegos y otras estructuras de mitigación en función de lo que los vecinos nos han solicitado. Por lo tanto, hay que señalar que todas las acciones son en el marco de un trabajo coordinado” finalizó.