Pétalos de rosas, peluches, cartas, corpóreos y cientos de globos dieron último adios al menor. Familia asegura que aún les falta el cierre judicial.
En una carroza tirada por caballos llegó hasta el cementerio municipal de Arauco Tomás Bravo, si bien sólo 25 personas pudieron asistir a su entierro, debido a las condiciones sanitarias que rigen por la Covid-19, fueron cientos los que salieron a las calles a despedirlo, que lo acompañaron en su velorio en la sede vecinal Raqui y hasta las puertas del camposanto.
“Esta despedida es algo extraordinario, lo que se merece él y lo que se merece la familia que los han acusado injustamente”, “emocionados por todo lo que está sucediendo, lamentable lo que pasó, pero aquí estamos para despedirlo”, esas son parte de las frases que la comunidad repetía en su sepelio.
Era una despedida anhelada no sólo por los cercanos a Tomás, sino por la comunidad que vivió en carne propia el drama que hace 67 días sufre la familia del niño, que sólo luego de nueve intesos días de búsqueda lograron dar con el paradero de niño, a sólo dos kilómetros de su hogar, restos que sólo ayer pudieron ser sepultados tras permanecer 57 días en el Instituto Médico Legal.
Según el teniente coronel Juan Pablo Ureta, prefecto de Carabineros en Arauco, fueron más de 3.000 personas las que desde su hogar y hasta el cementerio acompañaron a la familia del menor. Reconoció que fue un difícil momento filtrar a los asistentes al cementerio y dijo que, a pesar de los llamados, fue imposible evitar las aglomeraciones de quienes deseaban despedir al niño.
¡Justicia para Tomás! fue la consigna que cientos de personas repitieron en las afueras del cementerio y es que con el funeral los padres del menor logran cerrar sólo un episodio de una historia que hasta ahora no tiene un final.
“Me parece impresionante las muestras de cariño y apoyo que nos entrega la gente, eso nos da fuerza para seguir adelante (…) queremos que la gente se despida de tomasito”, dijo Elisa Martínez abuela de Tomás.
Hipotermia, en el contexto de inanición y deshidratación sería la causa de muerte del pequeño Tomás, informado el 20 de abril a los padres por el Ministerio Público, hecho en el que además se descarta la intervención de terceros.
Sin embargo, según recalcó la fiscal Cartajena, quedan más líneas de investigación que indagar por lo que el misterio de cómo el menor avanzó dos kilómetros solo, o si alguien lo llevó o si fue secuestrado, sigue abierto.
“Seguiremos pendientes de la investigación, obviamente, estamos ansiosos de los resultados que se están obteniendo y que lleguemos de una vez a la verdad (…) Creo que hay terceros involucrados, por cosas que no me cuadran, que haya otra causa de muerte, se tienen que ver primero todos los exámenes y sus resultados”, dijo la abuela de Tomás.
Elisa Martínez además agradeció la presencia de los padres de Tamara Moya, niña que murió en una encerrona el 28 de febrero en Huechuraba, quienes dijo han sido un apoyo fundamental para la madre del menor, “se quedaron con nosotros acá toda la noche”, dijo y agregó que también la madre de Fernanda Maciel, Paola Correa, ha estado asesorando y acompañando desde el primer día a la familia.