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Viñas de Valles Itata y Biobío incorporan tecnología para mejorar calidad de uva y competitividad de sus vinos

Gracias a atractivo desarrollo de la UTFSM

Fotografía: Cedida

El proyecto se llevó a cabo desarrolla en el marco de un Programa de Difusión Tecnológica (PDT), financiado por el Comité de Desarrollo Productivo de la Región del Biobío de Corfo.

Si hay algo que caracteriza a los valles del Itata y Biobío es la tradición de sus viñas. En ellas, se encuentran viñedos con ricas características, entre las que destacan, las viñas de cepas centenarias y patrimoniales de alto potencial, como lo son la Malbec, Carignan, Moscatel de Alejandría y País, productos que han permitido incursionar en la producción de vinos de autor más frescos y livianos con un gran potencial de mercado y con garantizada calidad premium.

Pese al buen tiempo para el mercado vitivinícola de la Región, existen algunos puntos que juegan en contra de la producción. Por ejemplo, las viñas presentan un importante desgaste por carencias nutricionales de las plantas, suelos muy erosionados, bajo uso de tecnología y planes de manejo sectorizado.

Para ser un aporte al desarrollo del rubro, la Universidad Técnica Federico Santa María junto a Corfo, presentaron un proyecto que tuvo como objetivo ejecutar un modelo de producción sustentable basado en tecnologías (sensores, sistemas de fertirriego, análisis de plantas y suelo, y visualización de datos) que les permitiera mejorar la calidad de su uva y, por consiguiente, su vino, enfocándose en la buena salud de sus plantaciones y permitiendo generar un producto sustentable en el tiempo.

“La idea es que incorporen técnicas agrícolas que mejoren la nutrición de las parras y tecnología que les permita monitorear variables climáticas que son críticas para los resultados que obtienen de sus uvas, principal materia prima de sus vinos. Esos son los dos grandes pilares”, comentó Cristian Lara, Jefe de Carrera de Ingeniería en Informática de la Utfsm y uno de los impulsores del proyecto.

Actividades de desarrollo

Para poner en desarrollo el programa, se debieron ejecutar una serie de actividades. Primero, se realizó un proceso de evaluación de las viñas, el manejo de la tecnología y cuáles eran las técnicas de manejo de suelo apropiadas.

Además, se implementó una parcela demostrativa con sensores para que los productores vivieran la experiencia del uso de estos elementos y zanjaran todas sus dudas.

Por otro lado, se entregaron planes de manejo para que los agricultores tuvieran el tiempo para mejorar su proceso agrícola.

En este orden, el proceso se ejecutó con el respaldo de Corfo. “Nosotros queríamos difundir en los productores prácticas agrícolas e incorporar tecnología. Queríamos que conocieran nuevas prácticas para mejorar la manera en que trabajan sus viñas para obtener una uva de mejor calidad. Utilizamos la línea de Programa de Difusión Tecnológica (PDT) de Corfo que permite introducir nuevas prácticas y tecnologías en procesos productivos. Esta línea, se ajustaba a los requerimientos del proyecto”, indicó Cristian Lara.

Viñas del proyecto

Se optó por elegir los valles del Itata y Biobío, porque ambos sectores cuentan con viñas de cepas patrimoniales que permiten la producción de vinos más frescos con buenas perspectivas de mercado. También tienen debilidades relacionadas con la baja nutrición de las plantas, desgaste de suelo, bajo nivel de uso de tecnologías y planes de manejo sectorizado.

Por otro lado, son valles con alto potencial de desarrollo. El espacio ideal para que la Utfsm pusiera todo su énfasis y logística tecnológica a disposición del programa.

En total, fueron 13 las viñas elegidas: 8 del valle del Itata y 5 del valle del Biobío. Esta selección se realizó por los niveles de producción de calidades y mercados muy distintos. Dentro de las características especiales que favorecieron el proyecto es que algunos productores ya exportaban, otros se comercializaban en tiendas boutique, ferias y supermercados, pero con la misma problemática y necesidad tecnológica.

En el valle Biobío, los agricultores beneficiados fueron microempresas que están en proceso de crecimiento. En el valle del Itata, fueron productores con mayor tamaño comercial y también un mayor tiempo de trabajo y apoyos, con varios casos de éxito en cuanto a nivel de producción, calidad y participación en mercados.

Las viñas con las que se ejecutó el proyecto fueron, en el valle del Itata: Viña Panguilemu, Viña Santa Berta, Viña Cortez, Viña Lomas de Llahuén, Viña Don Tomás, Viña Lomas de Chudal, Viña La Finca y Viña Lomas de Lonquén.

En tanto, las viñas del Valle del Biobío beneficiadas fueron: Viña Tierra Firme, Viña San Lorenzo, Viña Cerro Alto, Viña Santa Rosa de Choigue y Viña Quinta Rosa.

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