Ante el proyecto de ley de la diputada PPD Cristina Girardi, que busca suprimirlo, padres y apoderados creen que no uso podría generar casos de bullying.
“Junto a otros miembros de la Comisión de Educación estamos presentando un proyecto de ley para plantear que, durante el año 2021, cuando esperamos se pueda llevar a cabo el retorno a clases que el uniforme no sea exigible. Esto básicamente para no imponer a las familias una carga económica adicional a las que se tendrán cuando salgamos de esta pandemia”, expresó la diputada PDD, Cristina Girardi.
Lo anterior, argumentó, ya que el ahorro en la compra de uniformes escolares puede significar que esos cerca 70 mil pesos por hijo que gasta una familia, se puedan destinar a otras necesidades básicas.
Sin embargo, en cuanto al uso o no del uniforme el próximo año, el seremi de Educación del Bío Bío, explicó que existen distintas normativas del Ministerio de Educación y circulares de la Superintendencia de Educación que regulan el uso obligatorio del uniforme escolar. “En ese sentido, queda en mano de los mismos establecimientos para que en un ejercicio autónomo definan si se usa o no. Nosotros desde el Mineduc hacemos un llamado a confiar en esos espacios de autonomía que tienen los colegios, entendiendo sí que se debe resguardar los principios de equidad y acceso, entendiendo que no se pueden exigir cierto tipo de marcas, entre otros elementos”.
Para Andrea Sanhueza, quien tiene dos hijos en etapa escolar, pensando en un posible retorno el 2021, plantea que las condiciones para muchas familias no están y aunque si bien la Ley de Inclusión permitiría acceder al colegio sin el uniforme previa conversación con los directivos del establecimiento, su no uso, podría desencadenar en casos de bullying, ya que muchos repetirían prendas. “Por un lado sería un desahogo, porque uno invierte bastante dinero, sobre todo en zapatos de calidad, pero me preocupa los abusos entre pares si un niño o niña repite tenidas por no tener más. Yo creo que lo óptimo sería optar por un buzo”, dijo.
En tanto, para Ester Sáez del comité administrativo Andalién Sur lo óptimo sería estandarizar el uniforme y que todos los colegios ocuparan el mismo. “Esto permitiría que todos tuvieran acceso, como era antes, hoy comprar uniformes distintivos es un gasto grande, pensar en que utilicen ropa de calle sólo va a aumentar el bullying y que a la larga no quieran ir a clases, porque no está la economía para comprarles ropa para todos los días, estandarizarlo permitiría hacer sólo un gasto grande en febrero”.
La psicóloga, magíster en psicología educativa y parte del Observatorio de Parentalidad de la Universidad de Concepción (UdeC), Karen Oliva indicó que “la ropa no necesariamente va a significar que se genere bullying, si otros elementos, como, por ejemplo, ser distinto, tener algún tipo de discapacidad, entre otros, por lo que es difícil asegurar que se puedan generar estas problemáticas, porque los colegios están trabajando en mejorar la convivencia escolar”.