Construcción conservará la obra de los arquitectos Duhart y Goycoolea de calle Aníbal Pinto. Proyecto considera oficinas y departamentos.
Un centro comercial de galerías, oficinas y también departamentos es lo que se construirá en lo que fue el colegio Inmaculada Concepción, de calle Aníbal Pinto, una obra ambiciosa que intervendrá la mitad de la estratégica manzana del centro penquista.
Construcción que no ha estado exenta de detractores, como el comité de patrimonio del Colegio de Arquitectos de Santiago, quienes a través de una carta explicaron que “la construcción en el centro histórico a cargo de la empresa Madesal, inmobiliaria que promovió la demolición casi en su totalidad del antiguo Colegio Inmaculada Concepción, obra de los premios nacionales de arquitectura Emilio Duhart y Roberto Goycoolea, destruyendo sus valiosas instalaciones, incluida su destacable capilla”.
Misiva que fue firmada por arquitectos y personas ligadas a la arquitectura de Concepción, entre ellos, el profesor de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Geografía de la Universidad de Concepción (UdeC), Leonel Pérez, quien indicó que “este tipo de construcción podría no dar escala para el comercio local, pero es algo muy propio de Concepción, que no valora la identidad, como Punta Arenas, por ejemplo, avanzamos destruyendo y no recuperando edificios, algo que deja claro el plano regulador actual del municipio penquista”.
Mimi Cavalerie, de la organización vecinal Barrio Oriente, también parte de la carta, indicó que “este tipo de construcciones se refuerza un modelo de negocio obsoleto, algo que se pretende cambiar con el nuevo plano regulador del municipio penquista, para cuidar la particularidad de Concepción, con avenidas anchas, edificios con fachada antigua y con galerías que favorezcan al comercio minorista”.
Las medidas son consideradas por el proyecto de la empresa Madesal, explicó su arquitecto Pedro Caparrós, ya que velará por el cuidado patrimonial del edificio construido por los arquitectos Emilio Duhart y Roberto Goycoolea en la década del 60, a través de un trabajo de conservación que está llevando a cabo con la arquitecta Verónica Esparza, doctora en Teoría e Historia de la Arquitectura.
“Este proyecto tiene más de cuatro años de ejecución, en un principio se intentó rescatar algunos edificios interiores y la fachada de San Martín, pero estaban muy deteriorados estructuralmente por el terremoto del 2010 y no reparados posteriormente, lo que se hizo imposible recuperarlos, manteniendo sólo el edificio que tenía mayor valor arquitectónico, es decir, el de Aníbal Pinto, diseñado el año ‘64 por los arquitectos Duhart y Goycoolea”, comentó Caparrós.
En cuanto a la envergadura del proyecto, el arquitecto aclaró que es una obra que busca integrarse a la red de galerías de Concepción, ensanchando, además, la calle San Martín, entre otras mejoras.
“El proyecto tiene permiso de edificación y se adaptará a los nuevos usos y a las exigencias normativas y técnicas contemporáneas, con esto se amplía la vida útil del edificio, lo que es, sin duda, positivo para la ciudad. Me llama la atención que ahora aparezcan opiniones contrarias a este proyecto, a pesar de que hemos difundido profusamente la relevancia de la obra, que busca conectarse a la galería Amanecer y así unirse a calle Colo-Colo, integrándose así a la red de galerías de Concepción”, detalló.
En cuanto a la altura que es otra de las críticas hacia el proyecto, Caparrós explicó que esto se rige por la primera imagen objetivo que tenía el plano regulador de Concepción, por eso, los edificios tendrán entre 15 y 18 pisos.
“Los cambios que se produzcan en las normativas urbanas, alturas, densidades, etc., afectan y más aún con una normativa vigente muy distinta a la que se pretende. Por eso que Madesal nos solicitó considerar las alturas que se acomodaran a las normas que estaban siendo pensadas por el PRC para esta zona de la ciudad”, aclaró el profesional.
En tanto, desde el Colegio de Arquitectos del Bío Bío, su presidente Claudio Arce expresó que “haremos todos los esfuerzos y estaremos atentos a los compromisos asumidos por la empresa, para que cumpla cabalmente con los criterios de preservación y puesta en valor de la arquitectura de sus autores, pues sabemos que la obra de los arquitectos Duhart y Goycoolea, no está en proceso de demolición como algunos colegas insisten, erróneamente informados. El trabajo de preservación, incluso, fue publicado en Ducomomo (revista especializada), como parte de un proyecto que intenta entregarle una segunda oportunidad de uso”.