Han decidido alejarse de sus familias por miedo a enfermarlos. En el caso del brote en medicina del Hospital Regional Guillermo Grant Benavente, auxiliar comentó cómo es su realidad viviendo con la enfermedad.
Patricia Retamal, hoy Covid-19 +, se desempeña como personal de aseo en el área de Medicina del Hospital Guillermo Grant Benavente, lugar donde se desató uno de los mayores brotes de coronavirus registrados en el recinto hace ya unas semanas y que afectó a 400 contactos estrechos.
“Pedí los resguardos muchas veces, porque mi indumentaria no era la adecuada para las condiciones que estamos viviendo-hace una pausa, se cansa debido a la enfermedad- sobre todo para un turno de 12 horas, pero me contagié cuando se produjo el brote en el área de Medicina y, de paso, también a parte de mi familia, entre ellas, mi mamá que es diabética”, explicó Patricia.
Tenemos miedo
La auxiliar de servicio es enfática: “nosotros, los que hacemos aseo, también necesitamos que se nos proteja, todas las vidas valen”. Hace referencia al traslado de pacientes una vez conocido el brote.
“No nos pasaron elementos de protección, como a las otras unidades porque no se pensaba que en Medicina podían darse contagios por coronavirus, pero aquí están las consecuencias. Estar con Covid-19 + es muy complejo, una tiene miedo de morir, que se muera mi mamá, a la que contagié sin saber, es muy tremendo”, señaló.
Pabla Escobar, quien trabaja hace tres años haciendo aseo en el Hospital Regional, manifestó que “todo cambió con esta pandemia, pero debemos estar firmes. Me siento realizada en mi labor, porque sin nosotros no podrían funcionar los demás servicios. Si bien mi familia tiene miedo que pueda contagiarme, yo les explico que este es mi trabajo y yo me siento preparada para ser un aporte en el control de esta pandemia”.
“Parte de nuestra labor”
José Mora, en tanto, quien se desempeña como auxiliar de pabellón hace cinco años, sostuvo que la labor de aseo es fundamental en el freno de esta enfermedad dentro del hospital. “Mantenemos todo en orden, no obstante, ha sido bien desgastador, pero lo tomamos como parte de nuestra labor y de no tomar estos resguardos nos podemos contagiar”, dijo.
A su vez, aclaró que debido a las labores que realiza decidió no ver mucho a su familia por el temor a contagiarlos y evitar situaciones como la ocurrida con la señora Patricia. “Ellos (familia) están preocupados, porque corremos un riesgo grande debido a nuestro trabajo. Sólo le pido a Dios que no nos pase. Me emociono al pensar que me puedo enfermar, me preocupo porque nadie se quiere morir, sobre todo porque tenemos una familia detrás que dependen de nuestro sueldo y, de faltar, no sé qué pasará con ellos, es bien duro pensar que esa es una realidad latente, que por un leve descuido podamos pasar a mejor vida”, reflexionó.
El funcionario auxiliar del departamento de Residuos en Establecimientos de Atención en Salud, Reas, José Miguel Araneda, precisó que hoy su labor tomó más relevancia, porque el retiro de residuos creció en un 500%, debido a la Covid-19.
“Mi familia tiene miedo, por lo que al vivir con mis padres llego directo a encerrarme en mi dormitorio, poco los veo, ellos son mayores y no podría perdonarme si les pasa algo por mi culpa. Lo que me deja tranquilo es que, debido a mi oficio, desde siempre tomamos resguardos, es decir, guantes e indumentaria especial, pero igual el temor está ahí, porque no sabemos cuándo habrá una cura a esta enfermedad”.