Ciudad

Vecinos piden terminar con disturbios para vivir en paz

La mayoría de los afectados son adultos mayores que exigen que Carabineros refuerce su presencia en los puntos más álgidos.

Por: Ximena Valenzuela 15 de Noviembre 2019
Fotografía: Raphael Sierra P.

“No podemos vivir tranquilos, a diario hay barricadas fuera de nuestras casas, no podemos abrir las ventanas ni menos pensar en estirar las piernas (…), el centro, que consideraba tan mío y que me gustaba tanto, se ha convertido en un campo de batalla que da miedo”, dijo Zoila Mora, vecina de calle Orompello, que a sus 70 años debe vivir a diario las consecuencias de las manifestaciones violentas.

Miedo, angustia e, incluso, crisis de pánico han vivido desde el estallido social algunos vecinos del centro penquista, los principales afectados son los adultos mayores, quienes, en muchos casos, han vivido por años en el centro penquista y ahora, producto de la situación, están pensando en mudarse.

Hilda Ceballos, presidenta de la Junta de Vecinos de la Remodelación Concepción, expresó que “la violencia es mucha. En este sector ya tenemos incendiados más de seis locales, como Sodimac, Telepizza o el Compin. Tenemos colapsada la calle Carrera con Paicaví. Y para qué hablar de semáforos, si no tenemos. Esto es muy peligroso. Nos sentimos desprotegidos. Queremos mayor presencia de Carabineros, ya que en su mayoría somos adultos mayores”.

El mismo temor de Ceballos ha sido manifestado por vecinos inmediatos al edificio Caja Los Andes que en ocho ocasiones fue vandalizado e incendiado. “No existe tranquilidad ni menos normalidad, pese a que, según el Gobierno, está todo más tranquilo, quizás dentro de la burbuja de las autoridades todo está bien, pero nosotros ya no tenemos calidad de vida. Lo único que quiero es encontrar un nuevo departamento y cambiarme”, dijo Juan, vecino del inmueble.

El radio de acción de los manifestantes se amplió, pues también atacaron el Centro Médico de Carabineros, ubicado en Barros al llegar a Ongolmo, inmueble que fue saqueado e incendiado.

Y si bien el edificio policial estaba vacío, el fuego puso en peligro la casa de María Martínez que colinda con el inmueble. “Tuve un miedo enorme, pensé que íbamos a perder todo. Estábamos cercados por el fuego, dos barricadas en la calle y el incendio del centro de carabineros por el otro lado”, dijo entre lágrimas la vecina que por más de tres décadas ha vivido en el lugar.

Martínez aseguró que todas las personas están de acuerdo con las demandas, con las marchas pacíficas, pero no con el grado de destrozos. “Rompieron la pandereta del sitio que está al frente de mi casa para usarla como barricada. Estos cabros ya no tienen límite”, dijo.

El suboficial de Carabineros José Vera quedó a cargo de la limpieza del centro médico vandalizado. “El edificio en general tuvo daños, tanto por el saqueo de especies como por el incendio. Ahora estamos a cargo de la limpieza y también sellando puertas y ventanas al máximo para evitar nuevos daños”, dijo y agregó que mantendrán personal fijo en el lugar para evitar nuevos problemas.

Isabel Achurra, dueña de la Panadería San Pablo, ubicada en las cercanías del centro médico, contó que desde el estallido social la situación ha sido complicada. “Todos los días hay protestas, se han tomado el sector, sobre todo, intentando destruir el centro médico de carabineros y todo lo lanzan a las barricadas que hacen. Esto, desde las tres de la tarde en adelante, es un campo de guerra, que no sólo afecta al comercio, sino también a la gran mayoría de adultos mayores del lugar”.

Para Achurra es claro que la salud mental de la comunidad se afecta por los hechos de violencia vividos, “la gente llega muy afectada (…) se ha perdido mucho la calidad de vida. Por eso, el llamado a que las policías refuercen la seguridad, aunque entendemos que están complicados y que ya no dan abasto para atender la gran cantidad de situaciones que están ocurriendo”.

Si bien Carabineros reconoció que no puede estar en todos los lugares, pues existen más de 250 llamadas por hora al fono 133 y en muchos casos más de una docena de puntos que abordar, recordó a los ciudadanos que no deben hacer justicia por sus propias manos.

El capitán Juan Manuel Payeras, comisario de la Primera Comisaría de Concepción, recalcó que ningún ciudadano puede usar armas de fuego en las calles y que en caso de emergencia se debe llamar a Carabineros, evitando enfrentamientos.

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