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Problema se intensifica en época navideña: “La comunidad debe asumir su parte para controlar el comercio ilícito”

Actualmente se desarrolla la campaña “Yo quiero comercio justo para todos” la cual busca generar conciencia sobre los daños y consecuencias de aquellas malas prácticas en distintos puntos de la zona. Emprendedores autorizados compartieron sus testimonios.

Por: Diario Concepción 16 de Diciembre 2018
Fotografía: Raphael Sierra P.

El comercio ambulante ilícito es una de las principales preocupaciones de la comunidad penquista, en especial entre quienes circulan diariamente por el centro y ven cómo estos vendedores se apoderan de los espacios públicos. Se trata de un fenómeno que no sólo repercute en la sensación de inseguridad de los transeúntes, sino que además ha generado alarmantes mermas para quienes se desenvuelven honestamente en ese rubro.

Ante esta realidad, distintas instituciones de la zona y del país han maximizado sus esfuerzos para terminar con este problema. Entre las más reconocidas destaca la Municipalidad de Concepción, la cual actualmente está impulsando la campaña “Yo quiero comercio justo para todos” en alianza con la Cámara de Comercio y distintos medios de comunicación regionales. La iniciativa, que se desarrollará durante todo diciembre, busca generar conciencia sobre las consecuencias que conlleva ser cómplice de lo mismo que muchas reclaman. Las implicancias no son sólo económicas, sino que además involucra aspectos éticos y valóricos que deben transmitirse a las próximas generaciones.

Por una ciudad segura y amigable

La proximidad de las fiestas navideñas es un buen motivo para hablar de comercio justo. Y es que no se trata sólo de comprar un regalo, sino también de apoyar directamente a emprendedores que se esmeraron en cumplir con las exigencias de la ley, incluyendo la garantía de que se entrega un buen producto. Es por ello que este año nuevamente se habilitarán ferias y sectores debidamente autorizados para así evitar que lo que supone es un gesto fraternal y solidario termine siendo la complicidad con una actividad que tanto daño le hace a la comunidad penquista y a la imagen de la ciudad.

La toma de conciencia de parte de los ciudadanos es clave si se quiere proyectar al centro de la ciudad como un punto de encuentro seguro y amigable; sin embargo, se trata de una tarea de la sociedad en su conjunto y que se aborda desde distintos frentes. Es así como se instaló la Mesa de Control y Fiscalización del Comercio Ilegal, que se coordina desde la Gobernación Provincial y que integran además del municipio los servicios públicos vinculados a la fiscalización, como Seremi de Salud, impuestos internos, Sernapesca, y Carabineros. “Es muy importante trabajar en coordinación y sumar recursos humanos, experiencias y decisiones a este desafío que iniciamos un poco solos”, valora el alcalde Alvaro Ortiz.

Además, este mes Carabineros de Chile lanzó la campaña “Navidad Segura”, que anuncia una política de cero tolerancia tanto con los vendedores ilegales como con los proveedores clandestinos, potenciando la labor de las policías durante los próximos días. Este año se ha continuado con un trabajo planificado y estratégico que tiene un componente de inteligencia bastante importante, logrando así el decomiso de productos ilegales; lo cual finalmente apunta a desincentivar la compra.

“Yo cumplo con la ley”

Ante el complejo panorama actual, el municipio penquista no ha escatimado esfuerzos a la hora de buscar distintas soluciones. Recientemente su labor fue destacada por la Cámara de Comercio de Concepción y por la Cámara Nacional de Comercio (CNC) y su Observatorio del Comercio Ilícito. Vale agregar que esta instancia trabaja con municipios de la Región Metropolitana permitiendo detectar distintos focos y sectores de riesgo, además de apoyar a aquellos comerciantes que sí cumplen con las normativas.

Precisamente aquellos vendedores que cumplen con todas las exigencias de la ley son quienes más han valorado la campaña “Yo quiero comercio justo para todos”; tal como se puede apreciar a través de distintos testimonios.

“Yo soy parte de un grupo de personas que hemos trabajado toda una vida en la calle y que al principio operábamos de manera ilegal. Hace 15 años nos unimos y decidimos formalizarnos. La municipalidad nos abrió las puertas y nos apoyó para que estuviéramos apegados a la ley; con permisos sanitarios, patente municipales y fiscalización de parte de Impuestos Internos”, contó Juan Barros, miembro del Sindicato de Vendedores de Frutas y Verduras, quien atiende su puesto en la esquina de O´Higgins y Orompello.

“Detrás de este oficio existe mucho esfuerzo y preocupación. Hay que considerar que somos el último eslabón de una cadena que va desde los campesinos y distribuidores hasta el contacto directo con el cliente. Ellos son nuestra principal preocupación, que reciban un producto en buenas condiciones y si llegase a haber alguna queja les respondemos de inmediato”, agregó el comerciante, crítico de la actual situación del comercio ilegal.

“Uno entiende que las personas necesitan ganarse la vida, pero hay que respetar la convivencia y los espacios públicos. Hay casos en que ya se han apoderado de algunas calles y esquinas, afectando el tránsito y vendiendo mercadería en mal estado, lo cual es injusto para los transeúntes y para quienes trabajamos legalmente. En el último tiempo hemos visto un aumento de los vendedores ilegales que están saturando el centro y es necesario ponerle freno”, agregó.

Miriam Suazo

Por su parte la comerciante Miriam Suazo ya es un personaje clásico del centro penquista con su carrito instalado en O´Higgins con Colo Colo. “Somos parte de un sindicato que integran 22 socios y hemos comprobado los beneficios de la asociatividad pues se establecieron distintos puntos para funcionar de manera ordenada, limpia y sin toparnos entre nosotros. Hay mucho trabajo y compromiso de nuestra parte. Estamos desde las 9 de la mañana hasta las 8 de la noche, y además se suma la preocupación por contar con los mejores proveedores de la zona ”, comentó.

Juan Barros

Miriam también expresó su preocupación ante la presencia del comercio ilícito en las calles del centro. “Mucha gente, cuando ve el actuar de Carabineros, termina solidarizando con el comerciante, sin saber que en realidad son negociantes que no ofrecen ninguna garantía a los clientes. Acá es muy común escuchar a las caseras quejándose porque compraron un producto que venía malo, lo que es igual a botar la plata”, finalizó la señora Miriam.

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