Especialistas explican que dentro de los factores tienen relación con trastornos anímicos ligados a la depresión, ya sea por causas hereditarias, factores ambientales o sociales.
En Chile, según cifras entregadas por el Ministerio de Salud, el suicidio es la segunda causa de muerte no natural y según estadísticas a nivel mundial, nuestro país se sitúa en segundo lugar entre las naciones de la Ocde, después de Corea del Sur.
Minsal, indicó que al año 2015 se contabilizaron 1.429 suicidios, lo que equivale a una tasa de 7,9 casos por cada 100 mil habitantes; en una baja sostenida experimentada desde 2008, donde la tasa se elevó a 12,9 casos por cada 100 mil habitantes.
¿Pero qué pasa con los adolescentes? a nivel nacional, al 2010 la mortalidad por suicidio reveló tasas de 2 casos por cada 100 mil habitantes en el grupo de 10 a 14 años, y de 11.4 casos por cada 100 mil habitantes en el grupo de 15 a 19.
Y a nivel regional, si bien no se registran casos en el grupo de 10 a 14 años, se observa una tasa de 12 casos por cada 100 mil habitantes en el grupo de 15 a 19 años, cifra mayor que el promedio nacional.
Siendo las mujeres adolescentes, el grupo de mayor riesgo, por sobre los hombres que presentan una mayor alza de suicidios, entre los 20 y 24 años.
Una cifra preocupante según el mentoring en manejo emocional, Carlos Schafer quien indicó que “en 1990 se contabilizaba 2,7 suicidios cada 100 mil habitantes de Chile entre los 10 y 19 años, para el año 2000 eran 4,6 y en 2015 eran 5,1. de seguir con esta tendencia, según cifras oficiales del Minsal llegaremos al 2020 duplicando la tasa actual”.
Las causas principales de esta tendencia en el país y en concreto en la Región del Bío Bío, en la mayoría de los casos responden a trastornos anímicos, ligados a la depresión, ya sea por causas hereditarias, factores ambientales o sociales.
“Además de las patologías de base, algunos de los factores a considerar se encuentra el consumo de alcohol y drogas y las malas relaciones interpersonales, que pueden desencadenar en una crisis, además de antecedentes de intentos anteriores que son un factor de riesgo importante, argumentó la encarga de Salud Mental, de la Seremi de Salud, Andrea Salgado.
En cuanto a los 12 casos de suicidios por parte de este grupo objetivo, la cifra es concordante con la evolución mundial, donde una importante cantidad de adolescentes y jóvenes que ingresan a los servicios de salud, lo hacen por consultas vinculadas a intentos de suicidios y conductas auto lesivas en general. Ello se refleja a nivel nacional, en un porcentaje superior al 10% de egresos hospitalarios vinculados a traumatismos, envenenamientos y causas externas en adolescentes entre 10 a 19 años.
Lo anterior, según el terapeuta en Biomagnetismo, Schafer es preocupante, “si queremos encontrar una solución, debemos considerar la capacidad de respuesta que tenemos frente a las señales que dan las personas frente a las intenciones suicidas. Muchas veces las minimizamos, no las tomamos en cuenta o simplemente no nos percatamos de ellas”, precisó.
Agregó además que “este mal muchas veces se vive en silencio y casi en total hermetismo, por lo que, es necesario generar el espacio para poder comunicarnos en forma afectiva con nuestros seres queridos, especialmente con nuestra familia”.
La seremi de Salud Bío Bío lleva adelante, dentro del Plan de Salud 2011 – 2020, el Programa de Prevención del Suicidio, que persigue reducir la mortalidad en población menor a 19 años, denominado “Vigilancia de Intentos de Suicidio”, el que se desarrolla en establecimientos educacionales, como también en los medios de comunicación y fortaleciendo a los profesionales del área de la salud, entre otros.
“Esto da directrices para contrarrestar las tasas de suicidio adolescente, implementado desde los colegios, porque ahí los jóvenes pasan mayor parte del tiempo, más el vínculo con la familia, que también es importante reforzar”, dijo Salgado.
En este contexto, desde el año 2016 se lleva a cabo la campaña: “Lo simple te hace feliz” realizada por adolescentes y jóvenes que participan de la instancia de consejos consultivos junto al programa Adolescentes, por parte de la Seremi de Salud.
Esto, con el propósito de derrocar algunos mitos como “el que se quiere matar no lo dice” o “quien se repone de una crisis suicida no corre peligro de recaer”.
Consuelo Novoa, psicóloga y docente UdeC, explica que muchas veces un adolescente da indicios que muestran un posible acto suicida, directa o indirectamente el que muchas veces no buscan.
“En alguno de los casos tratan de escapar de algún hecho puntual, de angustia o desesperación, pero sin la madurez cognitiva de lo que significa un suicidio, el que se comprende recién entre los 12 y 13 años. Entendiendo que esto es un proceso personal, hay adolescentes que recién entre los 15 y 16 años lo procesan, por ende, pueden no estar conscientes que este acto en muchos casos puede ser irreversible, ya que actúan desde lo emocional”.
Con la adolescencia, se inicia un período de grandes cambios en distintos ámbitos de la vida, que pudieran ser fuente de estrés o preocupación e incrementar sentimientos que se arrastran de etapas previas. “Durante esta etapa del ciclo vital es, característico un pensamiento polarizado, de ‘todo o nada’…y ‘las cosas pudieran vivirse con mayor intensidad’, desencadena decisiones precipitadas”, afirmó.
Finalmente, en cuanto a esta problemática nacional, que responde a causas particulares, se debe atender de forma preventiva los múltiples factores de riesgo ya mencionados, enfatizó el psiquiatra infantil, Mario Valdivia, “los 12 casos por cada cien mil habitantes es muy preocupante. Las causas son muchas, entre ellas la impulsividad, posibles abusos, el no contar con apoyo familiar, entre otros. Se debe considerar que los adolescentes son todos una constelación distinta y se deben apoyar de diferentes maneras para evitar que caigan en este tipo de decisiones”, cerró.