Ciudad

Concepción y los 200 años de la proclama de independencia

Por: Diario Concepción 31 de Diciembre 2017
Fotografía: Archivo histórico de Concepción.

Tal vez por haber tenido lugar un 1 de enero, pocos son los que recuerdan y menos celebran el hito que marcó el quiebre con España en 1818, en los Morrillos de Perales de Talcahuano y la plaza penquista. Mañana esta ciudad hará justicia con su historia.

Por: Alejandro Mihovilovich Gratz

Con el triunfo en la Batalla de Cha­cabuco, el 12 de febrero de 1817, el Ejército Libertador derrota a las fuerzas realistas y los patriotas asu­men el gobierno de Chile. Don Bernardo O’Higgins es nombrado Director Supre­mo de la Nación. Se emprende luego en Chile una política de liberación y recu­peración del resto del territorio nacio­nal, mirando al sur, donde se encuen­tran destacadas y fortificada el resto de las fuerzas realistas, (Concepción, Tal­cahuano, Valdivia y Ancud). Se envía una expedición al mando del Coronel José Gregorio Las Heras, acompañado por Ramón Freire, (quienes derrotarán al Brigadier Ordoñez en el Combate del Cerro Gavilán, el 5 de mayo de 1817), se­guida poco después por el propio General Bernardo O’Higgins

Este, luego de tomar posesión del cargo, y organizar el gobierno, viene al sur a dirigir las operaciones con parte del ejército. Se inicia el sitio de Talcahuano, defendido por una empalizada y foso que recorría desde la bahía de Concepción hasta la bahía de San Vicente, dejando en su interior el puerto de Talcahuano y el Morro, lugar fortificado con cañones al igual que los demás cerros, con vista a la planicie que enfrenta los Morrillos de Pera­les, lugar donde se instala el campamento patriota en los meses de mayo de 1817.

Tanto el Brigadier José Ordoñez, realista defensor del sitio de Talcahuano, como el General don Bernardo O’Higgins que pretende su captura, se enfrentan en una serie de escaramuzas de to­mas y defensas de la empali­zada, deteniéndose las opera­ciones debido al clima de los meses del invierno, en que la lluvia, el caudal de los ríos, el lodazal de los caminos y las enfermedades producto de la humedad y el frío impiden continuar con las hostilida­des.

Pasado lo peor del invierno, se reanudan las hostilidades en el sitio de Talcahuano, que van a concluir con el fallido asalto al Morro, conducido por el general francés Miguel Brayer el 6 de diciembre de 1817. Impedido don Bernar­do O’Higgins de tomar po­sesión del reducto realista, y notificado del despacho desde el Perú de una fuerza militar al mando del General realista don Mariano Osorio, com­puesta de cinco mil hombres, el Libertador toma la decisión sublime, antes de ser forzado a abandonar el sitio de Tal­cahuano, de declarar la Inde­pendencia de Chile, firmando en despoblado en el campa­mento de los Morrillos de Pe­rales cercano a Talcahuano, y sobre un tambor militar como mesa, el histórico documento que transformó a Chile en un país soberano. La tradición oral de los participantes ma­nifiesta que dicho documen­to fue lanzado dentro de una botella detrás de la empaliza­da, que defendían el sitio de Talcahuano como anuncio a la fuerzas realistas del cambio experimen­tado en Chile a contar del 1º de enero de 1818: Chile pasaba a ser un país libre y soberano.Luego del acto de Talcahuano don Bernardo O’Higgins se dirige a Concepción y en una solemne ceremonia, en la plaza aproximada­mente en la intersección de las actuales calles Caupolicán con O’Hi­ggins, el Prócer procede ante las fuerzas formadas de los Dragones de la Fron­tera y del público reunido en el lugar, a firmar sobre una mesa según la tradición oral, traída desde la casa del Co­ronel Patiño, una proclama­ción anunciando primero a Concepción y luego a todos los pueblos de la nación, la In­dependencia de Chile.

Don Bernardo O’Higgins deja en enero de 1818 Con­cepción camino al norte; lo acompaña una nu­t r i d a población penquista, que huye de las acciones que em­prenderán los realistas. A su paso por las villas y pueblos, va proclamando la buena nue­va que a 1º de enero de 1818 ha declarado la independencia en Concepción, y así también lo hace en Talca para conme­morar un año de la Batalla de Chacabuco, el 12 de febrero, gesto que se repite el mismo día en Santiago, en presencia de José de San Martín, por el penquista Luis de la Cruz, como Director Supremo de­legado. Así, queda jurado por el pueblo, el ejército y las cor­poraciones, y comunicado al concierto de las naciones que “el territorio continental de Chile y sus islas adyacentes, forman de hecho y por dere­cho un estado libre, indepen­diente y soberano y que que­dan para siempre separados de la monarquía de España”.

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