Informe del Observatorio de Ciudadanía, Convivencia y Bienestar Educativo demostró lo arraigada de la violencia relacional en la cultura escolar.
Las denuncias por convivencia escolar en la Región del Biobío aumentaron 21% en 2025 respecto al 2024, según un análisis elaborado por el Observatorio de Ciudadanía, Convivencia y Bienestar Educativo (Occbe) de la Universidad de La Frontera (Ufro) a partir de datos de la Superintendencia de Educación.
La investigación evaluó la información registrada entre enero y septiembre de este año, cuando se acumularon 966 denuncias a nivel regional, mientras en el mismo periodo del año pasado fueron 798. Corresponde al 9% del total país, ocupando el tercer lugar nacional por la cantidad de casos, tras la Región Metropolitana con 37% y Valparaíso con 12%.
Los números se enmarcan en una tendencia nacional que refleja el arraigo que la violencia relacionando tiene dentro de la cultura escolar chilena y regional: el informe reveló que las denuncias por problemas de convivencia escolar en Chile alcanzaron 11.091 casos en el mismo periodo, que representa un aumento de 25% respecto a 2024.
“Lo que estamos observando no es un problema acotado, sino un patrón que se viene acumulando en las últimas décadas. Las denuncias crecen porque las comunidades están viviendo más episodios de maltrato, discriminación y conflictos complejos que requieren respuestas más oportunas y una sólida formación docente en competencias socioemocionales para la gestión de la convivencia”, manifiesta la doctora Mónica Bravo, investigadora principal del Occbe y una de las autoras del informe.
El reporte ahondó en distintos aspectos y uno son los principales subtemas asociados a las denuncias.
En este sentido, para Biobío se advierte que las mayores problemáticas son maltrato entre estudiantes con 346 casos y maltrato de adulto a párvulo y/o estudiantes con 199 denuncias. También hay 74 denuncias por situaciones de connotación sexual entre párvulos y/o estudiantes; 54 por discriminación por necesidades educativas especiales permanentes y/o transitorias; y 29 por situaciones de connotación sexual de adulto a párvulos y/o estudiantes.
A partir de los resultados, el equipo investigador enfatiza que enfrentar este escenario e incentivar una convivencia escolar positiva requiere modelos que integren la promoción del bienestar, la gobernanza escolar y el trabajo con las familias, donde la alianza escuela-familia se concibe como un pilar central.