Ciencia y Sociedad

Hallan a nuevo parásito en pulgas que habitan las playas locales

Con muestras tomadas en la Región del Biobío y Los Ríos, se descubrió al primer mermítido que se reporta en Chile para un organismo marino y el segundo del mundo para este pequeño crustáceo, cuya parasitación termina con su muerte, que descompone algas y fija nutrientes en ecosistemas costeros.

Por: Natalia Quiero 07 de Diciembre 2023
Fotografía: Facultad de Ciencias UCSC

Al sentarse en la arena de las costas es posible ver saltando unos pequeños organismos. Son las pulgas de playa o mar, característico crustáceo que no supera los 2 centímetros de tamaño y que habita el ecosistema marino que son las playas arenosas, interfase que conecta la tierra con el mar, donde cumplen cruciales roles ecológicos.

Ahí la relevancia de una investigación local que halló una nueva especie de parásito nemátodo de la familia Mermithidae en pulgas de playa de Chile, específicamente la especie Orchestoidea tuberculata de la familia Talitridae, único grupo de anfípodos que han logrado colonizar tanto ambientes semiterrestres como terrestres y habita del norte al sur. Los resultados se publicaron recientemente en la prestigiosa revista International Journal for Parasitology: Parasite and Wildlife.

Es primera vez que un mermítido se reporta para un organismo marino en Chile y el segundo del mundo reportado para pulgas de mar, el primero fue en Nueva Zelanda”, asevera la doctora Sara Rodríguez, académica de Biología Marina de la Universidad Católica de la Santísima Concepción (Ucsc) que participó del trabajo. “En nuestro país este parásito se había reportado en insectos terrestres y en otros países se ha descubierto en varias especies como langostinos, camarones o saltamontes”, añade.

Un nuevo parásito

El hallazgo es fruto de un estudio que inició hace 6 años, relata, con la tesis de Magíster en Ecología Marina Ucsc de Karen Huentenao y bajo la guía de Mario George-Nascimiento, profesor emérito, quienes hallaron al parásito en pulgas colectadas en la playa Ramuntcho de Hualpén. Entonces, Sara Rodríguez trabajaba en la Universidad Austral y le solicitaron investigar allá, recolectando ejemplares en la playa Curiñanco en que también determinó parasitación.

“Les hicimos pruebas genéticas y comparamos los parásitos de ambos sitios con los que habían sido reportados en otras partes del mundo. Esto arrojó que no había sido reportado antes, ni estaba relacionado con ninguno de los mermítidos que parasitan a otras especies”, afirma.

Aunque no se ha asignado un nombre al nuevo mermítido, porque la investigadora aclara que se requiere colectar mucha información a través de diversos análisis, hay varios aspectos a destacar.

Lo primero es su gran tamaño, hasta 10 veces superior al de la pulga que parasita. “Y se podría describir como parasitoide: cuando sale de la pulga la mata, porque el parásito continúa su ciclo de vida en la arena”, precisa. Se añade la dinámica de infección, meses en que todas o la mayoría de las pulgas están parasitadas se alternan con otros en que ninguna presenta evidencia de ello.

Implicancias y retos

Un descubrimiento con importantes potenciales implicancias.

Sara Rodríguez expone que la investigación sugiere que el parásito tiene un papel crucial en la regulación de la población de pulgas de mar al provocar su muerte, por lo que se espera que cuando aumenta la prevalencia de parasitación disminuyen las pulgas. Concuerda con evidencias sobre mermítidos terrestres, que se han determinado como controladores naturales de plagas.

Por eso se detiene en el efecto a nivel ecológico, sobre todo cuando hay muchos individuos parasitados. “El rol primordial de estas pulgas es que son descomponedoras de las macroalgas que varan en las playas. A través de su consumo captan nitrógeno y carbono que luego fijan en el ambiente, lo que tiene que ver con ciclos biogeoquímicos y las redes tróficas. Entonces, en épocas donde disminuye la población de pulga se esperaría que disminuya esa capacidad de descomponer algas y fijar nutrientes”, manifiesta la académica.

Al respecto, menciona la posibilidad de que aumenten las condiciones favorables a que este parásito prospere, porque producto del cambio climático podrían aumentar en periodicidad, prolongación e intensidad los periodos de humedad. Aunque por las distintas crisis ambientales que afectan a la biodiversidad también plantea que siempre es positivo descubrir una nueva especie. “No hay que dejar de lado que cuando se extingue una especie se podrían extinguir parásitos o microorganismos que no se conocen”, advierte.

Así que puede haber muchos animales o plantas que convivan con otros organismos desconocidos como sus dinámicas y roles ecológicos. Por eso es relevante siempre poner esfuerzos en investigar, ya sea para descubrir especies o profundizar en sus funciones y así aumentar el conocimiento para comprender más a la naturaleza donde cada especie cumple un papel importante.

Con esa convicción, Sara Rodríguez junto a colaboradores continúa estudiando al nuevo parásito en distintas líneas. Por un lado, hay estudiantes de pregrado cuyas tesis ahondan en distintos aspectos clave para poner nombre al organismo. Además, participa en investigación de mermítidos en animales terrestres en Chile. Por último, está el interés de muestrear playas del norte en que se ha descrito presencia de pulgas y buscar la parasitación, porque afirma que el crustáceo del norte podría ser una especie distinta a la que habita el sur y el parásito también podría serlo.

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