Ciencia y Sociedad

Vegetarianismo: arma contra las enfermedades crónicas

Hoy q de octubre es el Día Mundial de este estilo de alimentación y vida. Hay regímenes con distinto nivel de restricción de alimentos de origen animal, pero todos tienen de protagonistas los vegetales, de composición rica en propiedades protectoras de la salud y que reducen riesgo cardiovascular o cáncer.

Por: Natalia Quiero 01 de Octubre 2022
Fotografía: Pexels

Amigable para medioambiente, animales y ser humano. Así es la alimentación vegetariana, que cada 1 de octubre desde hace décadas se promueve con el Día Mundial del Vegetarianismo y es impulsada cada vez con más ahínco por entidades que marcan la agenda pública global como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y Naciones Unidas (ONU) en un contexto planetario de severas crisis ambientales y sanitarias.

El vegetarianismo, que engloba varios regímenes con distinto nivel de restricción de alimentos de origen animal, es consciente y respetuoso con los animales. Además, tendría muy menor huella hídrica y de carbono que dietas omnívoras, por el impacto de la ganadería que utiliza cantidades descomunales del limitado recurso hídrico y genera 18% de las emisiones anuales de gases de efecto invernadero, responsables del calentamiento global que acelera el cambio climático. Por eso, la ONU destaca a las dietas basadas en plantas como clave para afrontar el fenómeno global. Mientras, la OMS releva su contribución en la protección de la salud, prevención y reducción de la carga de enfermedades no transmisibles como obesidad, diabetes, hipertensión, cardiovasculares y cánceres que son toda una pandemia y se relacionan con los prevalentes hábitos nocivos en la población.

Beneficios a la salud

Hay estilos que excluyen cualquier producto de origen animal como el veganismo, otros que sólo restringen las carnes y no los derivados o los que optan por incluir lácteos que se llaman lacto-vegetarianos, pero el vegetarianismo es siempre protagonizado por los alimentos de origen vegetal, es sinónimo de alimentación saludable y la alimentación es un pilar de la salud.

Potenciales beneficios son disminución y mantención del peso, del riesgo de diabetes tipo 2 y control metabólico, de niveles de presión arterial. Además, un efecto hipolipemiante (disminución de colesterol plaquetario y triglicéridos)”, destaca el nutricionista Mauricio Sotomayor, académico del Departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina de la Universidad Católica de la Santísima Concepción. Todo se asocia con reducir el riesgo cardiovascular, siendo enfermedades cardiovasculares como accidente cerebrovascular e infarto agudo al miocardio las principales causa de muerte el mundo, aumentado por las condiciones como obesidad, diabetes e hipertensión. “Existe evidencia de menor prevalencia de cáncer”, añade.

El profesional resalta que los beneficios se explican de manera global por la ausencia o disminución de carnes y alimentos de origen animal de la dieta, redundando en bajo consumo de productos ricos en colesterol y grasas saturadas. Además, cuenta que los protagónicos vegetales (frutas, verduras, legumbres y cereales) son ricos en nutrientes como vitaminas y compuestos bioactivos como fitoquímicos que tienen propiedades antioxidantes y antiinflamatorias y protegen la salud frente al desarrollo de las distintas afecciones.

Déficits

Los alimentos de origen animal también aportan nutrientes y sustancias necesarias, por lo que la restricción del estilo vegetariano, desde el más flexible al más estricto, tiene de principal potencial riesgo que se produzca una carencia nutricional, aclara Sotomayor. Aunque los déficits, que pueden tener distintos efectos sobre el organismo y salud, se pueden producir en todo tipo de dieta sin balance de alimentos, igual que los excesos.

Una de las deficiencias más mencionadas en dietas vegetarianas es de hierro, mineral vital para que en la sangre se fabrique hemoglobina y es bastante rico en distintas carnes. Similar ocurre con la vitamina B12, que también entregan el huevo y lácteos, y que el académico releva como especialmente crítica en la gestación: “la vitamina B12 en embarazadas vegetarianas podría causar alteraciones neurológicas en recién nacidos y anemia megaloblásticas en madres”.

Lácteos, huevo y carnes aportan calcio y precisa que “se observa disminución de la masa ósea máxima principalmente en veganos (riesgo de oeteopenia), aunque sigue siendo tema debatible. Al igual que niveles de Vitamina D, que muestran resultados poco concluyentes en cuanto a déficits en dietas vegetarianas comparadas con omnívoras”, sostiene. Esta vitamina es aportada por muy pocos alimentos animales.

Las proteínas son reconocidas porque desde carnes rojas y blancas, lácteos y huevo se aportan unas de alto valor biológico. Pero, este se puede alcanzar en dietas veganas, donde la clave está en complementar el “patrón aminoacídico” de la proteína para garantizar el completo suministro de aminoácidos esenciales, combinando cereales y legumbres.

Planificar

Lo importante es que las carencias se previenen con combinación e inclusión adecuada de alimentos para asegurar el aporte nutricional requerido para cada persona y gozar los beneficios del vegetarianismo, que pueden darse en toda etapa vital, si bien en ciertos casos podrían requerirse suplementos.

Para Sotomayor la clave es que “las dietas deben ser planificadas y supervisadas por expertos”. Es decir, se debe visitar a nutricionista o nutriólogo antes de cambiar la alimentación omnívora por una vegetariana, avanzar a vegetarianismo más estricto, durante la gestación, lactancia o la infancia, además de controlar. Esa es la forma de tener un plan de alimentación adecuado a los diversos requerimientos e intereses individuales; de tener una alimentación completa, balanceada y saludable.

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