Ciencia y Sociedad

Matronería y su rol clave para acortar brechas de educación y salud sexual

Una de las profesiones más longevas de Chile celebró hace poco sus 188 años de existencia, con el Día de la Matrona y el Matrón, cuyo quehacer ha evolucionado desde su creación para ocuparse de un reto sanitario en materia reproductiva hasta abarcar diversas áreas que buscan contribuir al bienestar en el ejercicio de la sexualidad.

Por: Natalia Quiero 04 de Septiembre 2022
Fotografía: cedida

La matronería es una de las profesiones más longevas de Chile: este 2022 cumplió 188 años desde su creación y se celebra cada 31 de agosto con el Día de la Matrona y el Matrón. Coincide en la misma semana que el Día Mundial de la Salud Sexual, que se conmemora los 4 de septiembre.

Es que un rol concreto tiene la profesión en el cuidado de la salud sexual, dentro de un quehacer que aborda diversos aspectos de la sexualidad y reproducción como resultado de la evolución desde que surgió en el país para afrontar el reto que suponían los altos índices de morbimortalidad materno-infantil que había hasta hace un par de siglos por falta de atención especializada del embarazo, parto y postparto. Con la tarea cumplida, aparecieron nuevas necesidades y áreas que abordar, sin dejar de lado la misión original, donde uno de los grandes desafíos actuales está en cambiar y abrir las miradas sobre la sexualidad y salud sexual. Tema que abordan las matronas Carolina Bascur y Mercedes Carrasco, directora del Departamento de Obstetricia y Puericultura y del Magíster en Salud Sexual y Reproductiva de la Facultad de Medicina de la Universidad de Concepción (UdeC), respectivamente.

Promover la salud

Lo primero a saber es que las personas somos seres sexuales y la sexualidad está presente a lo largo de toda la vida, en las sensaciones, emociones e interacciones que se establecen consigo mismo y otros, expresada y ejercida de muy diversas que van mucho más allá de la actividad o relación sexual y la reproducción, si bien son dimensiones ello. Por lo mismo impacta de distintas formas en el bienestar y calidad de vida la manera en la que experimenta la sexualidad, siendo el ideal que se viva una sana, plena, satisfactoria, sin violencia ni coerción. Es lo que ambas profesionales relacionan con lo que realmente significa tener salud sexual, en base al concepto de salud que significa estado de bienestar físico, mental y social, e implica incluir en la vida hábitos y acciones que hagan bien y que hagan sentir bien.

Ahí hay enraizados problemas. “Como país, en general, las políticas asociadas a salud sexual han estado orientadas a la prevención del embarazo no planificado e infecciones de transmisión sexual (ITS), intensificado con el VIH/Sida. Y un elemento que se aborda poco y debería ampliarse es la promoción de la salud sexual”, manifiesta Mercedes Carrasco. “La estrategia debe ser que hablemos de salud sexual desde el placer, no sólo de prevención de embarazo, porque se nos olvida hablar del tema de vivir la sexualidad plena y sana. Y eso tiene que ver con la promoción”, añade Carolina Bascur. Promover la salud sexual es hablar de sexualidad desde los aspectos positivos que se deben buscar y disfrutar para empoderar a las personas en sus decisiones y un ejercicio que haga sentir bien; prevenir pone de relieve aquello negativo o riesgos a evitar en torno a la sexualidad y como lo predominante para enfocar el abordaje de la salud sexual parecen nublar lo placentero. De hecho, cuando hay promoción de la salud en general y sexual en particular, se da como consecuencia natural la prevención de riesgos.

Educación y brechas

Y Carrasco sostiene que “promover la salud sexual no puede desvinculase de la educación sexual integral” y Bascur resalta que “para educar tenemos que partir desde la primera infancia, abordando aspectos básicos de genitalidad o corporalidad, siempre pensando en las etapas del curso de vida y dando los enfoque que correspondan más adelante”.
Por eso, no se puede esperar hasta la adolescencia para educar en sexualidad, porque es llegar tarde. Tampoco se puede hablar a las infancias cambiando nombres de los genitales ni abordar sólo aspectos biológicos.

Mercedes Carrasco plantea que clave para iniciar la educación sexual es dar información pertinente sobre el cuerpo y sin juicios de valor. Releva que se debe enseñar que “los genitales son espacios íntimos que deben cuidarse y que más adelante pueden dar satisfacción”. Ello conduce a reconocer lo que hace sentir bien o cómodo, los límites personales en las relaciones con, lo que es correcto. Carolina Bascur asegura que acceder a educación sexual adecuada es crucial para prevenir el riesgo de que niños, niñas y adolescentes y personas en general sean víctimas de abusos y violencias sexuales, así como también de ejercerla a lo largo de la vida.

Y en educación sexual las grandes falencias que reconocen en Chile: falta una política pública homogénea en lo escolar y también hay sesgos en materia sanitaria, hay disparidad en la información a la que acceden escolares y personas según lo que se ofrece en sus hogares y escuelas u otros espacios, en lo escolar existe un abordaje acotado de contenidos relacionados y falta de formación de profesores encargados, y hay muchos temas tabúes en la sociedad. Ello puede generar peligros como que la cada vez más accesible pornografía sea el canal principal de información que será sesgada, estereotipada y errónea sobre la sexualidad; o vulnerabilidad a ser víctima de violencias sexuales o predisposición a ejercerla.

En todo ello urge avanzar y, aunque hay cambios estructurales que deben hacerse, las académicas saben que hay una responsabilidad compartida en la educación sexual entre familias, escuela y agentes de salud, así como también el rol crucial que la matronería ha tenido, tiene y tendrá para acortar brechas y avanzar en educación y salud sexual, tanto yendo a las escuelas a educar y promover como desde lo clínico en su atención en el sistema de salud

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