Ciencia y Sociedad

Probiótico desarrollado en la UdeC recibe patente del Inapi

En el Laboratorio de Patogenicidad Bacteriana se descubrió una cepa con un demostrado efecto para prevenir la infección por la bacteria Helicobacter Pylori y el producto patentando es resultado de un trabajo científico de más de 15 años.

Por: Natalia Quiero 30 de Abril 2022
Fotografía: Laboratorio de Patogenicidad Bacteriana UdeC

Gran contribución a la salud pública puede implicar el uso de un probiótico creado por investigadores del Laboratorio de Patogenicidad Bacteriana de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad de Concepción (UdeC), liderado por la doctora Apolinaria García, cuyo impacto es cada vez más una realidad: bajo el nombre “Cepa de Lactobacillus Fermentum RGM 2341 y su uso en la prevención y tratamiento de infección por Helicobacter Pylori el desarrollo acaba de recibir una patente de invención por parte del Instituto Nacional de Propiedad Industrial (Inapi).

Es que su consumo puede prevenir la infección por Helicobacter Pylori, bacteria que coloniza la mucosa gastrointestinal, tendría una prevalencia del 70% de la población, se asocia a afecciones como úlceras y es principal factor de riesgo de cáncer gástrico, primera causa de muerte por cáncer en Chile y la Región del Biobío tiene de las mayores tasas de mortalidad.

La noticia llega tras años de rigurosa tramitación e impulsa a seguir avanzando, asumiéndose como un paso hacia su masificación. “Los probióticos suelen ser bastante accesibles al bolsillo del común de las personas y que esté la patente concedida permite que este se pueda licenciar y así la cepa pueda estar disponible en el mercado para ser un elemento más que contribuya a mejorar la salud y calidad de vida de las personas”, sostiene la doctora García, microbióloga.

Para materializarlo, que esté al alcance de quien le necesite en Chile o el mundo, es crucial que desde la empresa se adquiera la patente y conviertan al probiótico de largo desarrollo en el laboratorio en un producto comercial, para el que habría interesados a nivel nacional e internacional. Carlos González, Cristian Gutiérrez, Cristian Parra y Enrique Sanhueza son los otros investigadores participantes de la patente concedida.

Nueva solución

Apolinaria García investiga desde 1995 a la Helicobacter pylori, principal línea de investigación en el Laboratorio de Patogenicidad Bacteriana, y cuenta que el desarrollo del probiótico inició en 2005 ante la inquietud de buscar una solución distinta al uso de antibióticos para controlar la infección por esta bacteria descubierta en la década de los ochenta. Luego que se detecta con un examen, se realiza un tratamiento estándar con gran éxito, pero incluye esos fármacos, cuyo empleo desmedido se busca cambiar para combatir la cada vez mayor resistencia antibiótica, uno de los grandes problemas de salud pública global, pues se traduce en que se reduzca o anule la efectividad de terapias farmacológicas ante infecciones bacterianas, asociándose a muchísimas muertes al año. Con la trayectoria actual se estima que en pocas décadas, las infecciones por bacterias resistentes causen más muertes que el cáncer.

Prevenir la infección se definió como la mejor alternativa y las bacterias probióticas la oportunidad para lograrlo, asegura. La decisión de crear un alimento probiótico radicó en que son funcionales, ampliamente estudiados y consumidos, donde se incorporan bacterias vivas que contribuyen a la salud de la flora intestinal y a potenciar el sistema inmunológico.

La microbióloga relata que las primeras etapas fueron estudiar biopsias gástricas humanas y aislar bacterias del género Lactobacillus, evidenciándose que en quienes presentaban colonias de estas en su estómago no había H. pylori, mientras que en las infectadas no había Lactobacillus, llevando a pensar que son naturalmente enemigas de H. pylori. La caracterización de las cepas halladas hizo seleccionar a la L. fermentum UCO-979C como la que tenía mejor capacidad contra el patógeno para modular la respuesta inmune y prevenir que se establezca en el estómago, con acción probada en distintos modelos, asegura.

Helado, leche vegetal y gelatina son las matrices alimentarias en que se ha incorporado la beneficiosa bacteria. La efectividad de la ingesta del probiótico en gelatina se probó en un estudio clínico piloto e intervención nutricional en voluntarios que la consumieron a diario por dos meses y se demostró que “presentaba alta eficacia (92,1%) y capacidad de prevención contra H. pylori”, cierra la investigadora.

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