Ciencia y Sociedad

Ruido: contaminante invisible y de presencia que es un riesgo para mayoría de la población

A fines de abril se conmemora el día internacional para concienciar sobre este problema, pues 75% de quienes viven en centros urbanos está expuesto a contaminación acústica por factores como actividad industrial y congestión vehicular, pero las personas también se exponen a sonidos nocivos en el trabajo o recreativamente.

Por: Natalia Quiero 28 de Abril 2022
Fotografía: Contexto

Irritabilidad, cefalea, estrés, problemas cognitivos y en el aprendizaje, alteraciones conductuales y patologías cardiovasculares y, obviamente, impactos a nivel auditivo como tinnitus (pitido o zumbido en oído) y pérdida auditiva. La evidencia científica y clínica es robusta para afirmar que oír ruido puede afectar la salud física y mental, mermando el bienestar integral y calidad de vida, resalta Daniela Irarrázabal, fonoaudióloga clínica y académica del área de Audición y Equilibrio del Departamento de Fonoaudiología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Concepción (UdeC).

Y eso busca alertar el “Día Internacional de Concienciación sobre el Ruido” cada último miércoles de abril para impulsar cambios tendientes a reducir la emisión y exposición a sonidos nocivos, contaminante ambiental tan invisible como tangible que es un creciente problema de salud pública global para la Organización Mundial de la Salud (OMS): estima que 75% de la población que habita grandes centros urbanos está afectada por la contaminación acústica y que a 2050 una de diez personas tendrá hipoacusia. Así, hoy las pérdidas auditivas inducidas por ruido están entre las tres principales causas de enfermedades ocupacionales, con una prevalencia que va del 7% al 21% de los trabajadores, resalta la fonoaudióloga.

Ruido y efectos

Una sensación auditiva molesta, indeseada, inoportuna y difícil de controlar por la gran cantidad de fuentes que nos rodean”, es como la profesional describe al ruido, que para la OMS es cualquier sonido superior a 65 decibeles (dB).

Y advierte que “es muy fácil superar este nivel dentro de la ciudad. El desarrollo industrial, tránsito vehicular y eventos masivos con conducta de ruido, implican un incremento importante en la contaminación acústica”. Ahí gran preocupación y necesidad de concienciar y también porque la exposición se puede dar en el ambiente laboral, por ejemplo,  por la operación de maquinarias o en el privado al escuchar música. En dicho contexto, la OMS alerta que más de mil millones de personas de entre 12 y 35 años está en riesgo de perder la audición a causa de la exposición prolongada y excesiva a música fuerte u otros sonidos recreativos (conciertos, discotecas, etcétera).

Aunque hay un parámetro de nivel sonoro nocivo, Daniela Irarrázabal explica que lo que pueda soportar el oído está mediado por varios factores como tipo de sonido, distancia de la fuente sonora y tiempo de exposición. Así, ejemplifica que “un nivel perjudicial de ruido puede ser la exposición a más de 85 (dB) durante ocho horas o 100 dB durante 15 minutos”.

También varían los efectos de exponerse a intensidades sobre lo permitido, pues se puede afectar la salud auditiva de uno o ambos oídos, de manera transitoria o permanente, parcial o total y el daño es acumulativo e irreversible cuando la exposición es regular y para dañar puede bastar un solo ruido como un petardo o disparo cerca del oído.

De lo transitorio, la fonoaudióloga aclara que es una baja en la capacidad auditiva puntual y recuperable si la exposición es aislada como un concierto. Para las permanentes, precisa que “es una disminución de la capacidad auditiva que se produce por exposiciones a intensidades altas por largos periodos que no permiten que el sistema se recupere”. Añade los traumas acústicos agudos: pérdida auditiva que suele asociarse a exposición un periodo relativamente corto a ruidos de mucha energía e intensidad, generalmente sobre 120-130 dB.

Autocuidado y prevención

Exponerse a ruidos puede escapar del propio control o ser una decisión personal, como es tomar las medidas para cuidar la audición, reducir riesgos y prevenir daños.

Una básica que menciona es “uso de protección auditiva (tapones) en el momento de la exposición a ruidos”, sea por actividad laboral, musical o recreativa”. Para quienes emplean auriculares para oír música, aconseja escuchar como máximo al 60 % del volumen y una hora continua, además se deben usar los que se ubican sobre el canal auditivo y no dentro.

Para la académica también es relevante tener un chequeo auditivo preventivo una vez al año e ir, sobre todo, quienes perciban estar expuestos a ruidos, sensación de pitido o zumbido o sospechan de pérdida auditiva. Esto permitirá evaluar el estado de la audición e intervenir oportunamente si se detecta un problema. La consulta debe ser con un profesional médico especialista en Otorrinolaringología y/o realizar exámenes auditivos con fonoaudiólogo o tecnólogo médico mención en la especialidad.

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