Ciencia y Sociedad

Calentamiento global ha cambiado las características de un orden de peces

Coincidiendo con último informe del Ipcc, estudio que contó con participación UdeC comprobó que alzas de temperatura han mermado tamaño, migración y especiación de grupo que incluye a las sardinas y anchovetas.

Por: Natalia Quiero 22 de Agosto 2021
Fotografía: Cardumen arenques- Chris Willson/Alamy Stock Photo

El 9 de agosto, el Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (Ipcc) de Naciones Unidas presentó su último, más completo y tajante informe: la actividad humana, por sus emisiones de gases de efecto invernadero, ha calentado la Tierra a un ritmo sin precedentes en al menos 2 mil años; es probable que a 2040 se exceda el incremento de 1,5°C de temperatura global más que en la era preindustrial, límite considerado seguro por el Acuerdo de Paris; el ritmo del calentamiento global está cambiando y cambiará el mundo conocido en las próximas décadas.

Es que el planeta es 1°C más caliente y hay efectos notorios con consecuencias evidentes y otras futuras, más si sigue avanzando el calentamiento, difíciles de dimensionar, tanto en lo ambiental y ecológico como en lo económico, sanitario y social. Y un ejemplo es el impacto del alza de la temperatura en la evolución del orden de peces Clupeiformes, que incluye recursos pesqueros de alta importancia para Chile y diversas naciones como sardinas, anchovetas y arenques.

Los hallazgos son resultado de una investigación liderada por el doctor Jorge Avaria, quien obtuvo su grado en el Programa de Doctorado en Sistemática y Biodiversidad de la Facultad de Ciencias Naturales y Oceanográficas de la Universidad de Concepción (UdeC). El estudio fue recientemente publicado en la prestigiosa revista científica Nature Climate Change y entre sus autores están el director del Doctorado, doctor Cristián Hernández junto a otros tres exalumnos, los doctores Oscar Inostroza, Reinaldo Rivera y Cristian Canales.

Múltiples impactos

El doctor Avaria, biólogo evolutivo y postdoctorante Fondecyt en el Centro de Estudios Avanzados en Zonas Áridas (Ceaza), explica que “la temperatura es el principal factor que afecta la fisiología del organismo, su sobrevivencia y muchas otras características que permiten a los seres vivos del planeta mantenerse vivos”. Así, los organismos necesitan cierto rango de temperatura para vivir y saber qué ha pasado o podría pasar con el rápido calentamiento global motivó el estudio que escogió al orden de peces porque habitan casi todos los mares y, por ende, zonas de temperaturas distintas. Ello posibilitó sacar una nítida fotografía a través de modelos estadísticos que permitieron hacer una retrospectiva para conocer cómo ha cambiado la temperatura del ambiente de los peces y sus características a una escala geológica de 150 millones de años.

Y los resultados, reconoce, fueron sorprendentes y preocupantes.

Un primer hallazgo que releva es que “en el pasado, la máxima velocidad de cambio de temperatura que experimentaron estos peces fue 0,9° en miles de años”.

A partir de esto, comprobaron múltiples impactos entrelazados. El primero es que corroboraron que los peces van disminuyendo su tamaño en tanto se enfrentan a aumentos de la temperatura como mecanismo de adaptación y sobrevivencia. Que las especies se estaban haciendo más pequeñas era un fenómeno que se venía observando.

Lo segundo hallado es que “la habilidad de dispersión de los peces se ha ido perdiendo a medida que han ido cambiando de talla”, advierte el doctor Avaria. Algo importante, ya que una de las principales estrategias de adaptación de las especies es la de migrar para buscar un ambiente con condiciones óptimas si las de su hábitat son estresantes. Pero, con tamaños reducidos se afecta su capacidad de nadar grandes distancias y a la velocidad de desplazamiento histórico.

Tercero, como cadena de consecuencias del cambio evolutivo del tamaño que afecta la migración, es que también incide en la tasa de especiación, capacidad de generar nuevas especies: “los peces más pequeños están diversificando menos”, sostiene el doctor Cristián Hernández, ecólogo evolutivo y académico del Departamento de Zoología UdeC. La especiación es una característica de los seres vivos, que a medida que se desplazaron a nuevas áreas se diversificaron y, en términos evolutivos, ha permitido a las especies del planeta aumentar su diversidad biológica a partir de un ancestro común que existió hace miles de millones de años. Lo claro es que la plasticidad en la respuesta evolutiva se está mermando y eso no se puede ignorar, pues tiene que ver con la mantención, conservación y enriquecimiento de la biodiversidad, que a la luz de estos resultados se podría limitar.

Integrar respuesta evolutiva a cambios e impactos antrópicos: clave para conservar especies

Al pensar en repercusiones de largo plazo que el impacto del cambio climático pueda tener en peces Clupeiformes o seres vivos en general hay mucho incierto ni se pueden hacer proyecciones absolutas. El doctor Jorge Avaria aclara que las respuestas biológicas difieren entre especies y entre poblaciones de una especie con distintas características genéticas o ambientes; hay unas más vulnerables y otras más resilientes al estrés y cambios ambientales. Pero, afirma que la certeza es que todo ser vivo tiene límites en sus capacidades para adaptarse y sobrevivir a los cambios y que estos, como el alza de temperatura, están ocurriendo a velocidad vertiginosa a la no se han enfrentado las especies ni sus ancestros.

Desde lo que el doctor Cristián Hernández añade al humano como depredador tope de los peces y forzante para mermar sus respuestas evolutivas, que no sólo ocurren a escala de miles de años, partiendo por la reducción del tamaño como inicio del efecto dominó: “históricamente ha capturado a ejemplares más grandes. Los peces no sólo se están reduciendo en tamaño por el aumento de temperatura, sino también porque el humano pone otra presión realizando un proceso de selección pescando y eliminando la variación genética de los más grandes de las poblaciones”.

Efecto en cascada

Son varias problemáticas que hacen sinergia y que para los investigadores, incluso con incertezas, hacen prever un futuro poco auspicioso para el orden de peces, la biodiversidad y el humano.

Los Clupeiformes, como toda especie de un ecosistema, cumplen un rol ecológico en la cadena trófica a la que pertenecen que es clave para mantener las dinámicas ecosistémicas y conservar la biodiversidad, asevera Hernández. Mamíferos marinos y otras especies de mayor tamaño, algunas también de interés comercial, se alimentan de peces de este orden que se alimentan de organismos más pequeños como plancton. Además, el ser humano en muchas partes del mundo se alimenta de estos peces que también sustenta muchas economías, así como otros de los que son presas.

Si sardinas, anchovetas o arenques se hacen más pequeños, vulnerables y/o llegaran a desaparecer de un ambiente, afirma, la real magnitud de la repercusión en la cadena trófica se vería varios años después. Pero, la reducción o pérdida de poblaciones podría provocar un colapso en el ecosistema y la pesquería, afectando la economía y hasta la seguridad alimentaria de las comunidades. “Toda la vida en la Tierra es como una red que interactúa, es decir, todos los seres vivos dependen de otros, sea por alimentación o por un sistema de cooperación, entre otros. Si algún grupo de especies peligra también pone en riesgo a todos los seres que interactúan y dependen de él”, sostiene Avaria. Es un potencial efecto en cascada que, tarde o temprano, se desencadenará si no se hace algo.

Claves para limitar impacto

Para los investigadores, el camino que se debe transitar con aportes de toda la sociedad es limitar el avance del calentamiento global e impacto del cambio climático y tener un desarrollo sostenible, gran reto planetario a alcanzar mediante 17 objetivos establecidos por la ONU para lograrse en 2030.

Para ello, uno de los acentos está en que empresas e industrias hagan cada vez más ecoamigables los procesos. Actividades como la pesquería deben tener un manejo más sustentable, no sobreexplotando los recursos y quitando la presión de cazar sólo a ejemplares más grandes. También es clave que el Estado cree o promueva más políticas públicas y leyes que impulsen cambios y realmente protejan la biodiversidad, para lo que enfatizan que la brecha urgente a acortar es la que hay entre ciencia y toma de decisiones, aumentando la conversación entre ambos sectores e integrando a los científicos en los procesos.

Sobre esto, Cristián Hernández manifiesta que “en las medidas asociadas a la conservación de la biodiversidad y de manejo de recursos marinos o terrestres rara vez se consideran criterios evolutivos. Con el estudio se demuestra que es súper relevante considerar las consecuencias evolutivas de los efectos que está generando el ser humano en las especies”, ya que no es sólo la pesquería y sobreexplotación de recursos, no se debe olvidar que el rápido calentamiento del planeta es causado por la actividad humana y que además está el efecto de la contaminación sobre la biodiversidad, entre otros impactos. Dice que los planes o programas suelen centrarse en modelos ecosistémicos que se basan en información más bien reciente, pero está convencido que considerar lo evolutivo al diseñar un área protegida, por ejemplo, permitiría tener estrategias más integradoras y exitosas al proyectar lo que podría suceder desde el entendimiento de lo que ha pasado y cómo han respondido históricamente las especies a un fenómeno. Avanzar en ello es el espíritu de una idea de investigación que explora junto a colaboradores internacionales y que espera concretar, afirma.

Nuevas preguntas

En efecto, hay desafíos que deben afrontar los científicos para generar conocimientos que provean nueva información que consideren los tomadores de decisiones para que sean las mejores. Y los propios resultados del estudio los plantea.

El doctor Jorge Avaria cree que uno es replicar el modelo de estudio en otras especies marinas o terrestres para explorar si los efectos del calentamiento global hallados en los peces se están viendo en otras o si hay tendencias más favorables. El doctor Cristián Hernández añade que investigar el efecto de otras variables asociadas al cambio climático como el aumento del nivel del mar o la sequía en las respuestas evolutivas de las especies e indagar el impacto evolutivo de la presión pesquera sobre especies marinas, entre otras preguntas que se abren y que deberían explorarse.

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