Ciencia y Sociedad

Contaminación acústica submarina: el profundo daño de la actividad humana

El ruido de origen antrópico es una de las grandes amenazas para la vida marina, siendo las embarcaciones su principal fuente, y en Chile se dan primeros pasos para avanzar hacia su solución.

Por: Natalia Quiero 30 de Abril 2021
Fotografía: Andrés Oreña

El Día Internacional de la Concienciación sobre el Ruido, en su concepción, pone el foco en los efectos de la contaminación acústica en el bienestar humano, pero los impactos de nuestras actividades calan tan hondo que se sumergen en la profundidad del océano y así ponemos en riesgo sus vitales funciones como ser una fuente de alimentos y medicinas o regular el clima, producir oxígeno y absorber dióxido de carbono. Todas son posibles gracias a la mantención de las dinámicas de los ecosistemas que involucran a diversos organismos cuya vida hoy tiene al ruido de origen antrópico como una de sus grandes amenazas.

Se trata de un problema menos conocido a nivel popular, pero cuya sensibilización es tan relevante como urgente, sostiene Paula Ruiz, investigadora y docente del Laboratorio de Ecología de la Facultad de Ciencias de la Universidad Católica de la Santísima Concepción. La magíster en Ecología Marina e investigadora principal en Chile para el proyecto internacional Our Ocean in Covid-19 (Nuestro Océano en Covid-19) se ha dedicado al estudio del impacto del ruido submarino en el camarón de roca, que se distribuye desde Perú hasta la bahía de San Vicente en Talcahuano, pero afirma que la evidencia es clara para advertir que los impactos son en peces, invertebrados y mamíferos marinos con consecuencias que se relacionan directamente con la mantención de sus poblaciones presentes y futuras, y así de las dinámicas.

El impacto del ruido en el mar

No duda en afirmar que la principal fuente de contaminación acústica submarina son las embarcaciones, principalmente las con motor fuera de borda usadas para actividades como la pesquería, y que el ruido antrópico repercute de distintas formas.

Lo primero que menciona es que “como las ondas de sonido viajan más rápido en el agua, gran cantidad de organismos como peces, invertebrados y mamíferos marinos, se comunican con el sonido”. Esto les permite localizarse para aparearse a través de cantos o alimentarse. “Cuando hay una cantidad grande de ruido generado por el hombre en el océano, hará que la comunicación entre organismos no sea fluida y al no poder escucharse va a disminuir el apareamiento y reproducción, además de la búsqueda de alimentos”, advierte. Así se configura el riesgo de disminución de las poblaciones por alterarse la actividad reproductiva y alimentación necesaria para que los organismos tengan energía para sus funciones fisiológicas y subsistencia.

La alteración de la comunicación no es lo único que pone en riesgo la sobrevivencia. El ruido es un factor estresante y el estrés puede alterar comportamientos como el apareamiento normal y Paula Ruiz lo ejemplifica en uno de los resultados de sus estudios: “en el camarón de roca esto da la posibilidad a machos que no se han desarrollado completamente de aparearse con las hembras y esto hace que la calidad de huevos sea más baja y menor la probabilidad de supervivencia de las nuevas generaciones”. También ha hallado que “las hembras, al estar expuestas a ruidos fuertes o constantes, prefieren usar todo el presupuesto energético en la reproducción o en generar huevos más grandes y con más contenido nutritivo, y ello hace que dejen de lado la energía que disponían para sus funciones fisiológicas”, comenta. Y en la literatura hay casos opuestos: las hembras destinan todo su presupuesto energético para sí mismas y se disminuye al apareamiento, los huevos y la cantidad de descendencia que liberan al ambiente, cuenta.

Además, la exposición a ruidos antrópicos submarinos puede producir pérdida del órgano auditivo, aturdimiento y/o mortandad de las distintas especies. “En peces, por ejemplo, pueden sentir las ondas de sonido por medio de la vejiga natatoria, órgano que les permite mantener la flotabilidad. Esta cavidad está llena de aire y con ruidos muy intensos o frecuentes podría explotar”, asevera.

Por todo lo expuesto, la científica reconoce que los mamíferos marinos, principalmente cetáceos, son los más dañados por la contaminación acústica en el océano, porque usan la ecolocalización.

Avances

Es grande la diversidad de impactos de la contaminación acústica submarina y muchos podrían estar subdimensionados o ser desconocidos porque es un tema de estudio de interés más bien reciente, aclara Paula Ruiz, por lo que su importante consideración como contaminante para el diseño de políticas públicas para conservar la vida marina es un reto por el que se debe trabajar.

De ahí que celebra los pasos que se están dando en Chile para avanzar hacia la solución de esta problemática: el Ministerio del Medio Ambiente creó en 2020 el “Comité Operativo para el fortalecimiento de la Gestión del Control de Ruido Submarino y la Prevención de sus Impactos en la Biodiversidad” y en el “Plan Oceanográfico Nacional 2021-2030” del Comité Oceanográfico Nacional se incorporó la contaminación acústica submarina. Todo tiene a la base el trabajo de distintos grupos de científicos que llevan años abordando la temática para generar evidencia, crear consciencia y generar cambios, entre quienes destaca a la doctora Susannah Buchan, investigadora del Copas Sur-Austral de la Universidad de Concepción especialista en ballenas e impulsora de diversas iniciativas.

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