Ciencia y Sociedad

Carolina Pizarro, docente del Departamento de Música UdeC: “Hay que redescubrirse con cada alumno, cada uno es único”

A Carolina Pizarro, docente del Departamento de Música UdeC, la apertura a adaptarse le ayudó en la de aprender para enfrentar las clases online que parecían incompatibles con enseñar piano, a lo que se dedica hace 34 años.

Por: Natalia Quiero 06 de Febrero 2021
Fotografía: Carolina Pizarro

La posición de las manos, la postura corporal, la técnica, el estado de ánimo, la disposición. Tanto puede influir al tocar un instrumento musical y para saber qué corregir que, en marzo de 2020, cuando la pandemia de Covid-19 tocó la puerta de todos y dio un golpe directo al rostro que obligó a confinarse y seguir funcionando desde la distancia, “¿cómo vamos a hacer clases online?, si la enseñanza de los instrumentos son una observación tan presencial”, se preguntó Carolina Pizarro, licenciada en Música mención Piano, vinculada y enamorada de este desde niña, y profesora encargada del área de Piano desde 1992 en el Departamento de Música de la Facultad de Humanidades y Arte de la Universidad de Concepción.

Temor, reticencia o negación ante la efectividad de formato desconocido fueron parte de las sensaciones que confiesa que experimentó al inicio, tras sumar 34 años dedicada y encantada de la enseñanza del piano, y así también muchos docentes que pensaban como ella en su área y en otras distintas a la musical. “Resulta que, una vez más, nos tuvimos que replantear nuestra vida y saber que esta sigue. Como cuerpo docente nos empezamos a apoyar, a convencernos de que sí se podía y a usar distintas plataformas donde no fuera tan difícil hacer este tipo de clases”, recuerda.

“De todo se aprende”

Empoderarse con superar los grandes desafíos y dificultades que supondría el año académico, entregarse a lo nuevo, interesarse en lo desconocido y apertura a seguir aprendiendo fueron la combinación de notas musicales de una partitura que, pese a lo compleja de interpretar, regala una melodía que suena a “se logró”. El público ovaciona de pie el resultado que en momentos pareció imposible y quien interpreta siente gratitud, porque “de todo se aprende y en esta pandemia, de las circunstancias, hemos aprendido muchísimo”, sostiene con fuerza Carolina Pizarro. Reconoce que no fue fácil, más de una lágrima derramó y unas cuantas veces creyó que no podría terminar con éxito, pero ahora sabe que los más grandes desafíos y aquello que parece inverosímil, como enseñar y aprender piano de manera online, puede hacerse. Y hacerse bien.

Pero, la profesora de piano puede haber tenido una ventaja al explorar un nuevo mundo tecnológico para adaptarse a hacer enseñanza en línea con la consecuente necesidad de aprender cosas que antes no hubiera requerido, desarrollar o priorizar otras habilidades y replantearse los métodos para hacer cambios, ya que una de las convicciones que ha caracterizado su labor docente en un ámbito que define como personalizado es que “hay que redescubrirse con cada alumno, porque cada uno es único y la estrategia que sirve para un estudiante no sirve para otro”, reflexiona. Haberlo vivido así durante el transcurso de su carrera impulsó su mayor disposición a enfrentar lo nuevo, probar e intentar hasta que resultara todo de la mejor manera posible.

La empatía con los jóvenes a los que da clases, sobre todo de primer año de carrera, lo considera como un marcador de diferencia en su vínculo estudiante-docente, más durante un año tan complejo como fue 2020, en que se enfrentaron a una nueva etapa universitaria en condiciones todo menos ideales o las anheladas. “Yo también fui alumna, padecí, lloré, me daba rabia porque no me resultaban las cosas”, menciona Carolina Pizarro como algo que no olvida al hacer sus clases -y que los profesores no deberían olvidar-, por lo mismo ha puesto el foco en conocer a los estudiantes y demostrar preocupación y comprensión por sus situaciones personales o familiares.

De paso, ella también aprende y fortalece competencias: “la paciencia y la comunicación con los estudiantes, que fueron factores determinantes en a relación impersonal (virtual)”, dice, pero sobre todo recibe la retribución de ser valorada por ellos, porque cuenta que “he recibido tanta gratitud de su parte”. Y, finalmente, es saber que se dejó una huella en los alumnos lo más significativo y satisfactorio en una labor docente que hace con su pasión por el piano y la vocación de enseñarlo como musas inspiradoras, pues la motiva “el deseo de aquellos que quieren aprender. Siento que lo que uno tiene y sabe debe entregarlo sin egoísmo”, finaliza.

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