Ciencia y Sociedad

OPA UdeC y un 2020 que realzó la necesidad de apoyar el rol parental

Con foco en generar conocimiento, el Observatorio de Parentalidad también trabaja por difundirlo para abrir diálogos que promuevan cambios y disminuya la presión social que afecta a madres y padres.

Por: Natalia Quiero 11 de Diciembre 2020
Fotografía: Andrés Oreña

Consuelo Novoa, Karen Oliva y Pablo Vergara, psicólogos cursando doctorados en la Universidad de Concepción (UdeC), donde también son docentes, coincidieron en sus intereses de estudiar sobre parentalidad y pensaron que formar un grupo de investigación, junto a otros académicos de la casa de estudios, podría potenciarles.

Así, nace el Observatorio de Parentalidad (OPA) de la UdeC, presentado en 2018, con el objetivo de generar conocimiento científico que permitiera ampliar la mirada. “La parentalidad ha sido muy abordada, pero siempre desde la perspectiva de la consecuencia en niños y niñas del tipo de parentalidad que ejercen madres y padres. Eso es necesario, pero se ha visto desplazado el qué pasa con padres y madres en el ejercicio del rol”, sostiene Consuelo Novoa, estudiante de Doctorado de Psicología.

Ahí el enfoque y motivación para crear y avanzar en el OPA, principalmente centrándose en el mandato social de ejercer una parentalidad intensiva donde todo es felicidad, para promover cambios, pues “es una forma de entender la parentalidad de las sociedades neoliberales a la cual Chile se ha venido sumando hace unas tres décadas, que ha conllevado que exigencias y expectativas de madres y padres se eleven mucho. Y eso genera impacto en el bienestar”, advierte.

Destinar todo el tiempo, energía y recursos en la crianza de hijos, atribuyéndose ello al éxito o fracaso de ellos y como responsabilidad exclusiva de padres y madres que, además, siempre deben estar bien, caracterizan un estilo que ejerce fuerte presión. Junto a la imagen de que en la parentalidad no se pasa mal, ha habido una suerte de acuerdo social de que no es bien visto que padres y madres hablen de lo que no se vincula a felicidad. Más presión.

Por ello, junto con investigar, poner el conocimiento que poseen al servicio de la comunidad, abrir diálogos y se transforme en herramienta útil que lleve a transformaciones, es otra arista del trabajo del OPA, añade Pablo Vergara, alumno de Doctorado de Salud Mental. Aunque en 2019 realizaron actividades con este cariz, este 2020 se realzó en posibilidades y necesidades; propiciando colaborar con instancias que trabajan en infancia y parentalidad, y difundir en charlas como los “Cafés Científicos 2020” del Centro de Biotecnología UdeC o en redes sociales del OPA, añade Karen Oliva, estudiante de Doctorado de Psicología. Una de las razones es que el trabajo y educación a distancia, encierro y otras situaciones complejas o estresantes se suman a lo que ya era complejo y estresante al ejercer el rol parental.

Anécdotas para comprobar

Uno de los trabajos ejecutados que demostró todo lo expuesto es el “Anecdotario de Parentalidad”, que coincidió con la pandemia, si bien al idearlo se veía lejana para Chile. El proyecto invitó a padres y madres a contar con libertad anécdotas de toda índole para observar, con sus relatos, los matices de la parentalidad. Muchas anécdotas recibidas, más de 250, se relacionaban con la pandemia y confinamiento. “Con ello pudimos comprobar todos los colores de la parentalidad”, resalta Novoa, junto con lo cuesta arriba que la crianza se volvió en los pandémicos tiempos. Y, así, enfatizó la trascendencia del quehacer del OPA ahora y de cara al futuro.

Pasar del rol parental intensivo al extensivo para favorecer el bienestar en su ejercicio

Desde la generación del conocimiento a través de las investigaciones y proyectos que realicen en OPA de la UdeC, y la transmisión de esta información a la población, los investigadores buscan sensibilizar que la parentalidad tiene momentos muy bonitos y otros sumamente complejos y que no está mal hablar de aquello ni requerir del apoyo de las redes; lo que no corresponde es hacer juicios sociales y valóricos respecto a lo que siente o cómo lo hacen los otros ni creer que ejercer la parentalidad intensiva es la única y mejor forma de ser padre o madre.

“Creemos que se debe mirar la parentalidad de una manera más humana y realista, no desde la perfección, no con que todo el tiempo se está feliz. Así, se podrá quitar una carga en papás y mamás”, afirma el psicólogo Pablo Vergara. Tener que estar siempre felices y hacerlo bien, en familias sin problemas que no necesiten ayuda de otros seres significativos y donde el mandato es estar 24/7 disponibles para los hijos o de lo contrario fracasarán y sólo es y será responsabilidad de padre y/o madre, genera una fuerte presión con impactos en distintas dimensiones del bienestar en quienes ejercen el rol parental, plantea.

De ahí que Consuelo Novoa manifiesta que promueven una “parentalidad extensiva, que no recaiga en sólo una persona, donde podamos a incluir a otros actores en la formación de niños y niñas. Y para empezar está la figura del padre”, que por los mismos mandatos ha sido dejado en segundo plano, visto como colaborador en la crianza y no responsable. “Uno de los principios de la parentalidad intensiva dice que somos las mujeres las únicas y más idóneas formadoras y educadoras de niños y niñas. Con ello nos limitan un montón y va limitando el rol de padres en la crianza”, porque muchos quieren tener una participación más activa y, a veces, son las mujeres las que creen que no lo harán bien como ellas. Además, menciona incluir a otros adultos significativos, como tíos o abuelos.

“La invitación es cuestionar estos mandatos y movilizarlos para generar modificaciones”, sostiene, que puede llevar a cambios como la equidad de género en la corresponsabilidad de la crianza. “La linda tarea de ejercer la parentalidad puede ser mucho más linda si lo compartimos con otros; va a ser menos estresante y demandante, nos dejará tiempo para hacer otras cosas que queramos o necesitemos. Y eso, obviamente, tiene un impacto en padres y madres, y también en niños y niñas, porque si padres y madres están sanos, influye cómo lo viven los niños y niñas”, enfatiza Novoa.

Confiar en las habilidades

Un punto que destaca Karen Oliva es que al llegar con el conocimiento no buscan ser los expertos que dicen cómo hacerlo. Lo que anhelan es instalar el tema de conversación para incentivar que padres y madres confíen en sus propias habilidades para ejercer su rol de la mejor forma.

Por ello, que cuando promueven el tener o requerir apoyo como algo positivo, se refieren al origen más social de la parentalidad a diferencia de la más “individualista” de la intensiva, mas no desde la perspectiva de la búsqueda de ayuda profesional para “ser un mejor padre o una mejor madre”. Si bien afirma que reconocen que hay padres y madres con más habilidades parentales que otros y situaciones más complejas para desarrollar la crianza, y existen casos en que pudiera ser tan útil como necesario tener un apoyo profesional, no lo promueven en general, porque creen firmemente que no es necesario que otra persona diga cómo se debe hacer, sino que hacerlo lo mejor posible está en las propias capacidades y realidades.

Bienestar

Consuelo Novoa plantea como importante distinguir que el impacto en el bienestar en quienes ejercer el rol parental se vincula con la dimensión que se mire, y son varias, y asume a la “visión romántica” de ser padre o madre en cimientos reales.

“Al preguntar a madres y padres si sienten que su vida es significativa, que han podido desarrollar un rol importante, se ven mucho más beneficiados que quienes no tienen hijo, porque sienten que la vida tiene un sentido mucho más profundo que quienes no tienen hijos”, afirma. En lo opuesto “si les preguntes sobre las experiencias placenteras se ven perjudicados, hay menor satisfacción con la pareja, menos tiempo para salir con amigos o menos recursos para desarrollar intereses personales”, advierte.

OPA en las redes sociales: en @OPA_UdeC (Twitter) y @opaudec (Facebook) se difunden distintos contenidos informativos.

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