Ciencia y Sociedad

“Dedoscopio” aporta para vivir un eclipse solar 2020 inclusivo

Iniciativa liderada por Carla Fuentes y Pamela Paredes, ex estudiantes de la UdeC, desde 2018 y desde Concepción busca acercar la Astronomía a personas con discapacidad visual de todo el país.

Por: Natalia Quiero 28 de Noviembre 2020
Fotografía: Dedoscopio

El 3 de diciembre se conmemora el Día Internacional de la Discapacidad y el Día Nacional de la Inclusión Social y la No Discriminación, y aportes en dichos desafíos también se materializarán en vivir un eclipse solar inclusivo. Una tarea por la que vienen trabajando hace largos meses diversos equipos de Chile para que todos y todas disfruten el próximo 14 de diciembre, cuando en gran parte del suelo nacional se observe cómo la Luna va tapando al Sol, pero la Isla Mocha en la Región del Biobío y comunas de las regiones de La Araucanía y Los Ríos serán epicentros de la totalidad, que llegará a eso de las 13:00 horas.

Es que, aunque la visión parece clave, el fenómeno se puede experimentar con distintos sentidos y eso lo demuestra “Dedoscopio”, parte del Grupo de Astronomía Inclusiva que hay en Chile. Llevar el conocimiento astronómico a personas con discapacidad visual es la misión de esta iniciativa liderada por Carla Fuentes y Pamela Paredes, ex estudiantes de la Universidad de Concepción (UdeC), y financiada por el Proyecto Anillo de Agujeros Negros Supermasivos, cuyo director es Dominik Schleicher, académico del Departamento de Astronomía de la casa de estudios.
Al mismo estamento pertenece “Planifica tu Eclipse” (www.planificatueclipse.cl y @planificatueclipse en Instagram y Facebook), que promueve la mejor observación del eclipse solar y apoyó con financiamiento para que las jóvenes construyeran 140 ejemplares del “Kit Eclipse Curioso” que idearon.

Tocar y escuchar

Su creación es un set de productos que incluye modelos táctiles confeccionados por ellas, con goma eva y pelotas de plumavit, que permitirán entender sobre distintas fases del eclipse, tipos de eclipses solares y diferencias de tamaños entre la Tierra y la Luna. Estos llegarán a familias de comunas de La Araucanía y Los Ríos que tengan, al menos, un integrante con discapacidad visual, acercando el fenómeno a personas de todas las edades. Cuando esté en manos de todos realizarán una charla online y explicativa. “También habrá un espacio para el cuidado visual con la entrega de lentes y un libro táctil sobre el eclipse. Todo gracias a la cooperación de los observatorios LCO, GMT, ESO y el proyecto AstroBVI”, precisan Fuentes y Paredes.

La experiencia táctil no es lo único para vivir un eclipse solar, pues también puede escucharse. Para ello está la tecnología LightSound, “que transforma la luz en sonido. La luz artificial con la solar tienen sonido diferente. Además, a mayor intensidad de luz suena más fuerte y va disminuyendo a medida que la cantidad de luz va bajando”, explican.

Aparatos fueron donados por la Universidad de Harvard y la Unión Astronómica Internacional para ver el eclipse solar total en julio de 2019 y “Dedoscopio” recibió ejemplares, por lo que sus coordinadoras le emplearon; Pamela Paredes en la playa de Penco, donde se realizó la actividad masiva para el Gran Concepción, y Carla Fuentes en La Higuera en la Región de Coquimbo, una de las zonas de cobertura total, junto a niños con discapacidad visual de “Acaluces” y sus padres, sobre lo que recuerda que “al momento de eclipse total, el dispositivo se silenció completamente. Los niños gritaron y fue muy emocionante para todos los presentes”.

Este año no se trasladarán a otra ciudad ni participarán de una actividad presencial ese día, dada la contingencia sanitaria, pero han podido aportar en entregar la tecnología a muchas personas gracias a la colaboración con la astrónoma Paulina Troncoso, de la Universidad Central, que con su equipo ha desarrollado 100 dispositivos para su distribución. Y para no excluir de la experiencia a quienes no llegó la tecnología en físico, invitan a conectarse a los streaming que se harán durante el eclipse solar usando el LigthSound, como la del Centro de Estudios Científicos de Valdivia, desde su perfil de Facebook y canal de Youtube, que transmitirá desde Lanco, otra zona de 100% de cobertura.

La astronomía se puede experimentar a través de distintos sentidos

Contribuir a que el eclipse solar 2020 sea una experiencia realmente universal, que todos puedan comprender y disfrutar del emocionante y esperado fenómeno, tal como lo hicieron para el evento de 2019, es una de las tantas acciones que “Dedoscopio” realiza para hacer astronomía inclusiva.

Carla Fuentes y Pamela Paredes, astrónoma y licenciada en Física, respectivamente, sus dos creadoras y coordinadoras, están vinculadas a la divulgación científica-astronómica desde su época de estudiantes en la Facultad de Ciencias Físicas y Astronómicas de la UdeC, cuando participaron en acciones de ese tipo orientadas a públicos generales. Pero pronto se dieron cuenta de las brechas de acceso al conocimiento científico e iniciativas educativas que viven ciertas comunidades y de lo necesario de cambiar esa realidad, pero sobre todo, que ellas podían y querían hacerlo.

Así, en 2018, nació la iniciativa que ambas lideran y a la que han dado vida con sus conocimientos, imaginación y el esfuerzo de sus propias manos, porque idean y construyen todos los materiales con los que acercan el conocimiento y enseñan a personas ciegas o con baja visión, al alero del del Proyecto Anillo de Agujeros Negros Supermasivos que lidera Astronomía UdeC junto a la Universidad Católica de Chile y la Universidad de Valparaíso.

Astronomía táctil

Para llevar las ciencias astronómicas y sus conocimientos a personas con discapacidad visual, Pamela Paredes y Carlas Fuentes han usado maquetas multisensoriales que elaboran con distintos materiales para provocar diversas sensaciones. Así, ellas puedan representar procesos físicos en el Universo y los usuarios pueden comprenderlo al usar sus distintos sentidos, integrando los conocimientos desde sus experiencias y forma de entender los conceptos. Por ejemplo, para una persona que ve puede bastar describir que el pasto es de color verde; para quien tiene discapacidad visual desde su nacimiento, los colores podrían no ser algo familiar, pero sí las texturas, formas, tamaños y sonidos.

Y el tacto ha sido una de las claves en su forma de hacer divulgación astronómica. Destacan, además, que los materiales usados y los productos creados son de bajo costo, ya que uno de los principales objetivos que se han propuesto es que este “sea replicable por todas las personas que quieren hacerlo y así volver a utilizarlo, bajo el mismo concepto o adaptándolo para poder crear nuevo material táctil”, sostienen.

La pandemia y el futuro

Por su forma de llevar la astronomía a la comunidad de personas ciegas y con baja visión, la pandemia de la Covid-19, que obligó a quedarse en casa y mantener la distancia física, supuso un gran desafío para las profesionales, pero jamás fue un impedimento para continuar, ya que están conscientes de la trascendencia de su quehacer y empoderadas con su rol, porque lo que las mueve es saber que al acercar las ciencias astronómicas están enseñando y más.

“La entrega de conocimiento es vital para la toma de decisiones diarias de las personas”, plantean, ya que, además de informar, va formando y fortaleciendo el pensamiento lógico y crítico, pero “por lo general, a las personas con discapacidad visual se les priva de actividades científicas, por lo que nuestras actividades son cruciales en su formación y el desarrollo de herramientas que les servirán para todas las situaciones que viven diariamente”, enfatizan.

Buscando nuevas ideas, pensando, creando, se dieron cuenta que en el formato online, que se volvió esencial durante la crisis sanitaria, el sonido sería el vehículo de acercamiento. Algo nuevo en su quehacer, pero que coinciden que ha resultado exitosamente, trabajando con el audiolibro “El Universo del Principito”. Se trata de “una historia donde el famoso Principito conversa con un astrónomo y le hace muchas preguntas. Junto a un club de audiolectura que formamos, pudimos escuchar este libro y a través de nuestras manos realizar ciertos experimentos para entender mejor cómo es la forma de un cometa o de las nebulosas, a través de aplausos representamos a los púlsares y respondimos todas las dudas que los niños y niñas tuviesen”, cuentan. También han realizado charlas y talleres a través de sus cuentas de Youtube e Instagram (@dedoscopio_cl).

Y si la emergencia sanitaria no las frenó, tampoco el término del Proyecto Anillo, que culmina al cierre de 2020. El mismo grupo se adjudicó un nuevo Núcleo Milenio que financiará por los próximos años a “Dedoscopio”; luego, aseguran Fuentes y Paredes, seguirán buscando nuevos fondos para continuar su trabajo. “La entrega del conocimiento científico y astronómico de manera inclusiva no parará. Nos queda mucho por hacer”, concluyen.

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