En las últimas décadas se han logrado avances significativos que dejan ver un futuro prometedor para la inclusión de las mujeres dentro del sector tecnológico. No obstante, aún prevalecen desafíos en los que hay que seguir trabajando para lograr una verdadera igualdad de género.
Muchas mujeres siguen escogiendo carreras que no tienen que ver con la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas, conocidas también como STEM, a pesar de que en estas especialidades se encuentran los empleos del futuro. Según ONU Mujeres, hasta 2020 solo el 35% de los estudiantes de carreras y programas del campo de STEM son mujeres.
Es vital, entonces, que desde las empresas exista un compromiso conjunto para abordar la disminución en esta disparidad y avanzar en la construcción de un futuro más equitativo desde la perspectiva de género, donde la diversidad se vea reflejada en cada toma de decisión, desarrollo innovador, ideación de proyecto y en el propio futuro de la tecnología.
Las bases están dadas para que en los próximos años las cifras de mujeres en puestos directivos y que emergieron de carreras STEM continúen creciendo de forma favorable, solo es cuestión de que, desde la base familiar, siga la transición del antiguo rol que limitaba a la mujer al hogar, por uno integral en el que mujeres y hombres participan en igualdad de condiciones, tanto profesionalmente como en casa.
Nadia González