Señora Directora:
A lo largo de nuestra historia la descentralización ha sido una preocupación que siempre ha encontrado su piedra de tope en la cultura predominantemente centralista del país, que una y otra vez nos ha llevado a manejar gran parte de los recursos desde la capital y, peor aún, muchas de las decisiones que competen a regiones, se siguen tomando en Santiago.
La Biblioteca del Congreso Nacional declara que la descentralización implica un traspaso de competencias y recursos desde el nivel central a los niveles subnacionales, entregándoles autonomía en la toma de decisiones y poder decisorio. Esta es la gran disyuntiva que hoy, con la entrega del presupuesto para el 2023, ha agudizado el debate, pues los recursos destinados a regiones no son suficientes para responder a los grandes problemas que se enfrentan a nivel local.
En la misma línea, la OCDE expone que, si bien la economía de Chile se ha fortalecido los últimos 20 años, hasta la fecha las regiones no han utilizado plenamente sus recursos, ni han alcanzado su potencial, lo que limita la capacidad de crecimiento del país.
El crecimiento equitativo depende en gran medida de la autonomía que tengan los gobiernos regionales y locales para decidir respecto a los desafíos que enfrentan, y también de los recursos que dispongan para dar solución oportuna a las problemáticas de cada territorio. Hoy se requieren mayores y mejores herramientas para potenciar la descentralización, este es un camino en el que se debe seguir avanzando, no es momento para estancarse, pues no solo debemos salir del ranking que nos posiciona entre los países más centralizados de la OCDE, también sería ideal que todas las personas puedan disfrutar de los servicios que hoy se encuentran centralizados.
Constanza Escobar Cárdenas-USS