Carta a la directora

Alejandro Abuter Campos

Por: Diario Concepción 11 de Abril 2020

Señora Directora:

Un poeta una vez dijo: “Hay personas que marcan, te lo prometo. Las he visto. Se encuentran escondidas por todos los rincones del planeta, disfrazadas de normales. Disimulando su especialidad, procuran comportarse como las demás, por eso a veces es tan difícil de encontrarlas; pero cuando las descubres ya no hay marcha atrás. No puedes deshacerte de su recuerdo, y si las cruzaste en tu vida, será para siempre”.

Haciéndome de esas palabras, creo son muchos los abogados en Chile y extranjero (en especial Concepción), que sienten consternación tras la partida de tan grande profesor y persona, don Alejandro Abuter Campos. Ilustre profesor de Derecho Procesal, pertenece, sin duda, a aquella selecta categoría de maestros que, junto con ser recordados como docentes, marcan por su influencia en la formación de generaciones. Don Alejandro fue un hombre particular y especial, de calidad humana, pero de temple y carácter; docente de poca pluma, pero de mucha influencia práctica, amante del fútbol y fundador del Club Deportivo Universidad de Concepción. Para muchos comenzó como una pesadilla, se volvió un maestro y terminó como una amistad perpetua.

Así, seguramente, lo relatarán más de 50 generaciones de abogados que le tuvieron como profesor, otros tantos funcionarios que lo tuvieron como juez de policía local, cientos de amantes del fútbol y basquetbol en su rol como dirigente, y cientos de personas que le conocieron. Su legado como abogado lo reflejan su herencia familiar, una red de connotados juristas, notarios y profesionales del derecho. Difícil olvidar cuando un presidente de la Corte Suprema que visitó la Facultad de Derecho de la UdeC, Hugo Dolmestch (exalumno de la universidad) al verlo acercarse, emitió tan precisas palabras: Mi profesor.

Creo ser uno de muchos a quien su partida hoy causa dolor. Alejandro Abuter se ha despedido a los 81 años de este mundo. A su memoria estas palabras. Como dijo el evangelista, “Bienaventurados… Descansarán de sus trabajos, porque sus obras con ellos siguen”.

Daniel Alexis Canteros, abogado

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