Señora Directora:
A propósito de la consulta ciudadana para regular la construcción de edificios en altura, en el perímetro céntrico de Concepción, creo que estamos ante una mala campaña por parte del líderes gremiales que peca de una enorme deshonestidad intelectual.
Por una parte, se omite que por décadas la construcción se ha favorecido de un mercado altamente desregulado, que por ejemplo usó y abusó del fraccionamiento de proyectos para evadir la normativa ambiental y, por ello, hoy es posible observar como las inmobiliarias ocupan masivamente humedales, riberas de cuerpo de agua, laderas de cerros, etc. usufructuando de ese valor ambiental para lucro propio.
Por otro lado, omiten que en la gran mayoría de ciudades desarrolladas donde existe patrimonio, natural y/o arquitectónico, no se permite la construcción en altura que afecte el valor de dicho patrimonio. Y ello no implica el derrumbe de las ciudades, sino que por el contrario, un incremento en la calidad de vida de sus habitantes. En nuestro caso, nosotros como ciudadanos “de a pie” simplemente queremos poder seguir observando el cerro Caracol y el río Bio Bío y que la vista de ambos hitos naturales no sea exclusivo de quienes logren pagar por un departamento en las lujosas torres que las inmobiliarias buscan construir. Tal como ya ocurre en San Pedro de la Paz y camino a Chiguayante.
Por eso, sorprende la deshonestidad intelectual de los argumentos utilizados; no sólo porque saben de ello y lo ocultan; sino que, sobre todo, por recurrir a la vieja monserga de la campaña del terror del desempleo.
Hace tiempo que la ciudad merece mejor calidad de vida y de élite gremial y política que la haga sustentable la mejor vida en la ciudad.
Luis Henríquez Logia