Carta al director

Balances y propósitos

Por: Diario Concepción 31 de Diciembre 2019

Señora Directora:

Es tiempo de hacer análisis y de abordar, con otros principios más del espíritu y de la vida, esas pequeñas cosas que nos hacen grandes, pues lo substancial es enmendar tiempos perdidos, no perder segundos en luchas innecesarias, activando compartimientos más pacientes, mansos y humildes. Me niego a tener que acostumbrarme al aire de los conflictos, cuando en realidad estamos llamados a construir la gran familia humana, a encontrar los acuerdos de paz necesarios y a reinventar mejores atmósferas de convivencia.

No pongamos distancias entre nosotros, tampoco levantemos muros que nos separen, seamos capaces de tender la mano, de practicar la concordia a pesar de la diversidad de ideas. Necesitamos que lo armónico forme parte de nuestro diario existencial; y, así, poder consolidar la unidad entre todos los moradores. Sin duda, hemos de trabajar para lograr consensos y conquistar ilusiones, en esta década de reacciones y acciones encaminadas a un lozano renacer de la especie, con erradicación de la pobreza y el hambre, garantizando un buen vivir para todos, a través del fomento de sociedades libres de miedo y violencia, protegiéndonos además contra la degradación, mediante la urgente acción sobre el cambio climático.

La sociedad tampoco se puede rendir a ser más justa y humana, es algo inherente a nuestra concepción pensante; y, como tal, nos merecemos otra atmósfera menos inmoral y más ética consigo mismo y con los demás. No podemos cavar nuestras propias tumbas, sepultar vidas en vivo por nuestros odios, ocultar nuestras indiferencias hacia un futuro inclusivo y pacífico. En verdad que nos merecemos responsabilidades más auténticas, genialidades de diálogo más verdadero, y hasta otra lucidez de comprensión para entenderse. Estoy convencido de que no podemos avanzar sino aplacamos tensiones, mejoramos existencias, cuidamos nuestra casa común, y para ello, hemos de aprender de las enseñanzas de nuestros predecesores. Pensemos en aquellos ancestrales gobiernos que tuvieron su origen en el propósito de hallar una forma de asociación protectora con la fuerza común de todos.

Víctor Corcoba Herrero

Etiquetas