Señora Directora:

Mucho se especula en la actualidad respecto a aquellos países que tienen un nivel alto de desarrollo económico, político y social. Es muy frecuente toparse con el clásico argumento simplista de que esos modelos son exitosos porque involucran un gran gasto público y el tamaño del estado es mucho más grande que en chile, por ejemplo. Lo que al parecer, resulta muy difícil de entender para algunos, es que estos países, como Suiza, Noruega o Australia, gozan de ciertos “beneficios” que otorga el estado a la población, principalmente porque anteriormente estas democracias pasaron por un amplio periodo de crecimiento y estabilidad, de la mano de la tan criticada actualmente, libertad económica.

Si Chile quiere progresar en materia de entregar vidas más dignas a las familias que aún no la tienen, el único camino es fomentar la innovación, la inversión, generar mercados laborales más libres y reducir el ineficiente y exorbitante gasto estatal. Aumentar la libertad económica del país debe ser una medida que debe llevarse a acabo lo antes posible, puesto que está demostrado que aquellos países que gozan de mayor libertad económica, tienen niveles de vida más altos que aquellos países que no la tienen, y que los más pobres, que viven en países más libres, tienen ingresos superiores en relación a aquellos que son pobres en países menos libres. Es sólo en este contexto, en el que podremos dar solución a muchos de los problemas que aquejan a la población actualmente, además, que la personas más necesitadas podrán salir adelante con el fruto de su propio esfuerzo y no con la reasignación de recursos efectuada a la fuerza por el Estado.

Cristobal Machuca,
estudiante Colegio San Ignacio Concepción