Señora Directora:
A la luz de los últimos acontecimientos en el centro penquista, me parece que un punto de partida de las autoridades regionales para intentar iniciar un proceso de recuperación del orden y la seguridad pública, es la necesidad de actuar con honestidad intelectual. Esto implica ser veraces en toda la extensión de las ideas y sobre todo, no seguir comunicando tergiversaciones de la realidad bajo dicotomías falaces.
Seamos claros, la seguridad y el orden públicos son responsabilidad de Carabineros y la PDI, que dependen del Ministerio del Interior, es decir, del Gobierno. Otras autoridades, gremios o la ciudadanía podrán colaborar pero no somos responsables ni tenemos las herramientas legales o prácticas para hacernos cargo.
Del mismo modo, es un hecho evidente que el Gobierno Regional ha sido superado por los acontecimientos, no sólo fracasó en el control, sino que además, carece de un plan razonable de acción. Estamos en presencia sólo de hitos de prensa, como la invitación a los ex intendentes, pero sin una carta de navegación. Reconocer esto, será el primer paso para mejorar.
Por último, es necesario dejar atrás las falsas dicotomías gubernamentales, apoyar la movilización social no significa avalar, ni directa ni indirectamente, la violencia y el vandalismo. Y muchos pensamos que las fuerzas de orden deben controlar a los delincuentes, al mismo tiempo, que respetan los DD.HH. de quienes nos manifestamos pacíficamente.
Luis Henríquez Logia