Carta al director

Crisis terminal de un modelo (primera parte)

Por: Diario Concepción 27 de Octubre 2019
Fotografía: Cedida

Titular destacado en prensa mundial, “milagro chileno muestra sus debilidades”. Así se ha percibido la eclosión social en desarrollo. Chile, todos los gobiernos democráticos incluidos, convenció al mundo de que este pequeño país del sur del mundo era excepcional y que de seguro iba a ser el primer país desarrollado de América del Sur. Su modelo económico ultraliberal había logrado instalar al país en el camino del desarrollo.

Dos días antes del maremoto social que conmueve al país y aterroriza a sus elites, el propio Presidente había mostrado a nuestro país como un oasis en medio de un continente tempestuoso. De allí la sorpresa de aquellos que se habían tragado el cuento. Sin embargo, para ciertos políticos (no muchos ), intelectuales, sindicalistas, chilenos, etc., esta eclosión social no ha tenido nada de sorprendente. Coinciden con Noam Chomsky para quien este estallido tenía que darse alguna vez. No fueron escasas las señales, rebelión pingüina, el paro social de Punta Arenas, la rebelión en Coyhaique, el no más AFP, las prolongadas huelgas de la salud y los profesores, la ácida polémica entre auto complacientes y auto flagelantes, corrupción rampante, etc. La elite política ni siquiera tomó nota. Resulta obvio entonces que lo que ocurre hoy es la culminación de un proceso de descontento, desconfianzas y de rebeldía social que se incubó durante años, pero que las elites políticas jamás vieron, o no quisieron ver, en su profundidad y menos en sus orígenes.

Las enormes desigualdades, abusos e injusticias que han provocado el estallido son el producto natural y el resultado de la implantación a sangre y fuego de un modelo económico ultraliberal durante la dictadura y que no sufrió correcciones de fondo en la transición. Modelo cuyo motor son la codicia y el egoísmo, fue importado a Chile por los llamados Chicago Boys con Sergio de Castro a la cabeza. Fueron economistas chilenos formados en la Universidad Católica y alumnos de Milton Friedman profesor de la Escuela de Economía de la Universidad de Chicago, quienes lo importaron a Chile bajo la forma de un neoliberalismo radical. Todos militantes de la UDI o pinochetistas acérrimos. La Concertación, en su programa original, contempló reformas a este modelo.

Desgraciadamente con el tiempo, según Carlos Hunneus, primó la visión, de “legitimación democrática en torno al crecimiento económico y optando por la continuidad y no la reforma del sistema económico”. Error político que nos condujo a lo que vivimos en estos días. Como socialista estimo que, si hubo un partido que debió luchar contra esta decisión justamente por su condición de izquierda, este debió ser el Partido Socialista y no lo hizo.

De allí la grave responsabilidad que pesa sobre este y sus dirigentes que no escucharon jamás a sus propias bases e incluso sus congresos que proclamaron la necesidad de encontrar un modelo de desarrollo distinto. Una autocrítica hoy se impone entonces si se desea recuperar un mínimo de credibilidad y la confianza perdidas ante la ciudadanía. Algo difícil, pero aún posible.

Ariel Ulloa
Ex alcalde de Concepción

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