Carta al director

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Por: Diario Concepción 08 de Febrero 2019

Señor Director:

En medio de la contingencia dictada por la prensa, pasa desapercibida la posibilidad de reflotar las hipotecas revertidas. Si bien la idea no es nueva, vale aclarar su premisa: una vez jubilada, la persona que quiera aumentar su pensión (bajas per se) puede dejar en garantía su vivienda para recibir dineros que le permitan subir su ingreso (por ejemplo, de 150 mil a 300 mil pesos). Una vez fallecida/o el titular, los herederos, de haberlos, quedarían con la prerrogativa de pagar este préstamo; de lo contrario, la propiedad pasa al banco.

Si bien las instituciones bancarias no son precisamente monjes franciscanos, llama la atención la forma en que, en el escenario de un Estado incapaz de garantizar estándares mínimos de dignidad para los chileno/as, sean los bancos los encargados “sustituir” carencias, lucrando con la necesidad de las víctimas de un sistema de pensiones fracasado en su transversalidad. Con matices, esto ya se hizo con el CAE en la educación.

En resumen, y sacando de la ecuación aristas tales como que este eventual “beneficio” sería solamente para propietarios o que los bancos reciben inyecciones de dinero provenientes de nuestros propios ahorros por concepto de AFP, se hace imperativo retomar el tema de las jubilaciones, mas no sólo desde una perspectiva numérica, sino también ética. Que el debate sobre los derechos sociales vuelva a la contingencia.

Fernando Fernández Ulloa

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