Señor Director:
A propósito de la agenda de educación técnica presentada este lunes 22 de octubre por el Presidente Sebastián Piñera, donde se invita a los estudiantes a seguir carreras de este tipo (IP, CFT) señalando que es lo que Chile necesita, no está demás hacerse un par de preguntas:
– ¿Cuántos de estos empresarios disfrazados de políticos tienen a sus hijos y nietos siguiendo estas carreras?
– ¿Acaso esta no es más que una señal de aceptación implícita de que, debido a las “universidades” privadas que saturaron el “mercado” de la educación, hay una gran cantidad de profesionales universitarios cesantes o trabajando en otras cosas? Acá en nuestra región tenemos el caso de los profesores, quienes, recién egresados, con suerte viven mayoritariamente de reemplazos.
– ¿Cuántas de estas instituciones técnicas siguen vinculadas al empresariado o a universidades privadas investigadas por su baja calidad y precisamente vinculada a los holding controlados por los mismos capitales económicos de siempre?
Haciendo la raya para la suma, en realidad importa poco un anuncio como este (un mero acto propagandístico ad portas de la discusión de “Aula Segura”), eso mientras la educación no responda a políticas de Estado y, peor aún, se segmenta desde el Ejecutivo los intereses formativos de los alumnos según su procedencia.
Fernando Fernández Ulloa