Señor Director:
Parece sacado de la más novelesca historia de propaganda totalitaria aquella efectividad con que en redes sociales quienes se autodenominan respetuosos, tolerantes o de mente abierta inventan indiscriminadamente argumentos, posiciones o acciones respecto a sus contendientes.
Frases o situaciones que nadie sabe quién las dijo ni de donde provienen, lo más probable es que sacadas de alguna imagen humorística, pero aun así son sus principales armas para descalificar a aquellos que piensan diferente.
Resulta paradigmático que los que supuestamente alegan por la deconstrucción estereotipan de forma descarada y consciente para la ganar la batalla de las ideas, las supuestas luchas diarias, pero al devolver un poco de su propia medicina se espantan y ofenden, Realidad Orweliana que empieza a repercutir en las instituciones. Lamentablemente Mauricio Rojas cayó en su juego, un juego en el cual no debemos caer, sino que debemos cambiar.
Eugenio González Flores
Estudiante UdeC