Señor Director:
Durante esta semana nos anunciaron una nueva mala noticia en relación a la situación heredada del Gobierno anterior. La agencia Moody’s, y de manera bastante rezagada, bajó la nota crediticia para Chile, igual como lo hicieron S&P y Fitch Ratings el año pasado. Todos los clasificadores de riesgos justifican este menor nivel crediticio ante el deterioro en la posición fiscal de los últimos años.
De acuerdo a información entregada por la Dirección de Presupuestos (Dipres), el primer trimestre de este año la deuda fiscal neta alcanzó US$13.700 millones, el valor más alto desde el año 2004. Esto, además, quiere decir que el total de activos que posee el Estado no alcanzan para cubrir la deuda del fisco, que llegó al 23,5% del PIB en marzo de este año y que casi duplicó el 12,7% de 2013. Este incremento en la deuda es el resultado de un aumento irresponsable y desmedido del gasto. Ejemplos de esta irresponsabilidad hay muchos, como los $2.346 millones asignados a un proceso constituyente que finalmente llegó a nada.
Con esta información, podemos darnos cuenta de que la administración pasada aprovechó hasta el último mes de su mandato para empeorar la situación fiscal del país y, de esta forma, también la clasificación crediticia. Para nuestra tranquilidad, ya hay medidas en marcha para revertir este deterioro, como el decreto de recorte de gastos del Ministerio de Hacienda que ya fue aprobado esta semana por la Contraloría.
Juan Ramón Larraín Aylwin