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Ley de etiquetado: Más allá de los sellos

Por: Diario Concepción 04 de Julio 2018

El miércoles 27 de junio se cumplió un año de la entrada en vigencia de una de las normativas más innovadoras y más controvertidas de nuestro país: la Ley 20.606, más conocida como la “Ley de los sellos negros”, “Ley del Súper 8” o “Ley de etiquetado”. Ese mismo día, este año entró en vigencia la segunda parte esta regulación.

Esta ley cambió el panorama alimenticio de los consumidores y de la industria de los alimentos, que ha tenido que buscar, formular y reformular sus productos para rehuir de los sellos y contar con la venia obligada del Estado y la libre elección de los consumidores.

Una encuesta, presentada poco antes de la entrada en vigencia de esta segunda parte, mostró que los consumidores al menos se fijan y, en el mejor de los casos, escogen sus alimentos de acuerdo a la cantidad de sellos o sus mensajes presentes en un producto.

Este es un punto a favor de la educación al paciente y al consumidor, quienes al parecer están tomando conciencia de la importancia del autocuidado y del cuidado de su familia al privilegiar alimentos con menos sellos y, por ende, más sanos. Y es positivo pese a que sea por el temor a adquirir alguna patología asociada al consumo de productos con sellos, como diabetes, hipertensión y dislipidemias, entre otras.

Sin embargo, es importante seguir educando a la población para que pueda distinguir los buenos de los malos alimentos por sus características y no sólo por la presencia o ausencia de sellos.

Por ejemplo, una bebida gaseosa con azúcar de tipo cola que indefectiblemente debe llevar el sello “alto en azúcar” y una bebida gaseosa sin azúcar de tipo cola no lleva sellos. A la luz de esta ley, esta última bebida sería un mejor alimento al no tener sellos y, por tanto, “más sana”. Este ejemplo es considerado un gran acierto de la industria de alimentos, que ha creado un producto un producto libre de sellos que en realidad es una muy buena mezcla de edulcorantes y colorantes con agua carbonatada.

Esto ocurre con cereales para el desayuno, galletas, alimentos para niños, sucedáneos y muchos otros que pese a ser libres de sellos, por su formulación están lejos de calificar como un alimento “sano”.

Gonzalo Costa Luengo
Coordinador Sistemas de Alimentación Escuela de Nutrición y Dietética Universidad Finis Terrae

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