Señor Director:

El fonoaudiólogo es, en la realidad chilena, el profesional con los conocimientos necesarios para diagnosticar y rehabilitar los trastornos relacionados con la seguridad de la alimentación en el ser humano.

Hay usuarios que, por diversas razones, pueden presentar una imposibilidad para tragar el alimento o que parte de este alimento -al ser tragado- esté ingresando a los pulmones por una mala función en la deglución, lo que conocemos como “disfagia”. A raíz de esto se debe escoger una vía de alimentación nueva, en la que el fonoaudiólogo participa realizando una evaluación de diversas funciones nerviosas y musculares lo más prontamente posible para que la persona enferma logre nutrirse de forma segura y eficiente.

Esa prontitud hoy se ve afectada, pues muchos de los hospitales de nuestra Región no cuentan con fonoaudiólogo en la atención primaria de urgencias. Los fonoaudiólogos de otros servicios de los distintos recintos hospitalarios no logran, muchas veces, cubrir las interconsultas solicitadas y hay pacientes que se mantienen con sonda más tiempo del necesario o que comienzan con una rehabilitación tardía en otros servicios para recobrar la capacidad de alimentarse con normalidad. Creo fehacientemente que una salud integral debe incluir a la Fonoaudiología de forma activa y que es nuestro deber concientizar a las autoridades en Salud sobre nuestra labor y las repercusiones de su ausencia.

Hago un llamado a preocuparse por la calidad de las atenciones y seguir el ejemplo de otros hospitales del país que cuentan con protocolos de evaluación de vía de alimentación antes de las primeras 24 horas, tal como lo plantea diversa evidencia científica, además de las guías GES de ACV isquémico y de hemorragia subaracnoidea secundaria a rotura de aneurismas cerebrales.

Andrés Sánchez Herrera
Académico de Fonoaudiología
Universidad San Sebastián