Quizás una de las grandes similitudes que existió entre el primer gobierno de Sebastián Piñera y el segundo de Michelle Bachelet, fue que la generación de altas expectativas durante la campaña les pasó la cuenta al momento de gobernar. Por un lado, Piñera planteaba la idea del “gobierno de los mejores” y de hacer en 20 minutos lo que no habían hecho en 20 años, mientras que Bachelet proponía hacer reformas estructurales de fondo. Estas promesas de campaña pusieron a ambos gobiernos varas muy altas que constantemente opacaban cualquier logro que tuvieran.
Por eso, de cara a un nuevo periplo presidencial, Piñera fue cauto en los compromisos y promesas que realizó durante su campaña. Su discurso parecía ser más un intento de emulación al gobierno de Patricio Aylwin, no solo por la búsqueda de unidad y acuerdos nacionales, sino también por el intento de volver a “la senda del desarrollo y el crecimiento” que había en la década de los 90. Sin embargo, en su primer discurso desde el balcón de La Moneda, Piñera le anunció a la ciudadanía cuáles serán las cinco grandes batallas de su administración.
La primera de ellas es el acuerdo nacional del Sename, el que busca finalmente separar a los menores infractores de ley, de los menores que están en esa situación por abandono o negligencia de sus padres. Esta es sin duda la apuesta más inteligente para partir, ya que independiente de la oposición que enfrente en el Congreso, hacer esta separación parece ser un consenso de todo el espectro político.
No obstante, son las otras cuatro batallas que definió Piñera para su gobierno las que parecen algo más complejas: la paz en La Araucanía, una salud oportuna y de calidad, seguridad ciudadana, alcanzar el desarrollo y derrotar la pobreza.
Son desafíos más difíciles de sortear que la reforma al Sename, ya que, por ejemplo, es bastante improbable que en cuatro años de gobierno, Piñera se haga cargo de 500 años de conflicto indígena, o nos lleve al tan anhelado desarrollo. Por lo tanto, estas tareas se deben enmarcar en el plan que tiene Chile Vamos de lograr la continuidad de esta administración, y conseguir que la derecha gobierne a lo menos los próximos ocho años.
Esta visión es la razón por la cual se repiten tantos ministros y rostros de su gobierno anterior, Piñera quiere tener la máquina bien aceitada desde el día uno con el claro objetivo de lograr más que solo cuatro años para poder llevar acabo sus ambiciosas políticas públicas.
Lucas Serrano Barraza
Académico de Administración Pública
Universidad San Sebastián