Señor Director:
El agradable disfrutar del apacible caminar por la “Rambla” de Diagonal Pedro Aguirre Cerda en Concepción, se ve drásticamente interrumpido al llegar al cruce con San Martín donde algunos micreros se dignan a respetar el paso peatonal mientras que otros hacen sonar sus estruendosas bocinas que diariamente me toca sufrir en ese lugar.
Alguien recuerda si luego que las micros tocan sus bocinas, pueden seguir escuchando algo después?. En mi caso, quedo sordo por unos momentos, y eso sin considerar el susto que podría llegar a provocar algún problema cardiaco a personas enfermas del corazón.
Entiendo que la autoridad llamada a controlar la contaminación acústica es el Servicio de Salud quien cuenta con sonómetros o como se llamen los instrumentos de medición, que al caso, estoy seguro, que las bocinas de las micros superan los 65 decibeles que creo es lo que estipula como máximo la norma. Tal vez el seremi de Transportes y Telecomunicaciones, junto al de medioambiente también tengan algo que decir.
Dudo mucho que las autoridades salientes hagan algo que no han hecho durante el tiempo que ocuparon el cargo, por lo que pido a las autoridades entrantes puedan hacerse cargo de fiscalizar a estas ruidosas máquinas que ya con su solo andar contaminan con smog, además del ruido de sus motores. Para que hablar de sus bocinas.
Héctor “Tito” Salamanca