Carta al director

Papeles que vuelan

Por: Diario Concepción 16 de Diciembre 2017

Hola querido lector! ¿Cómo está? Espero que muy bien esperando el domingo para ir a votar. Me da lo mismo por quién lo haga, mejor dicho no me da lo mismo, pero quiero decir que lo importante es que vaya. El ejercicio  ciudadano es un ritual diario, aunque más de uno quisiera que fuera cada dos o cuatro años.

El sábado pasado le comenté que a la Aurora se le estaban yendo sus hijos. Los mandaron a vivir a otro lado bajo el sueño de “una mejor solución habitacional” que le vienen prometiendo vaya a saber cuántos años.  Éste éxodo provoca que los que se van deban desarmar sus casas, las que hoy día están a medias. Si uno camina por las calles de la Aurora pareciera que fuera el 27/F. Rumas de palos, latas, puertas, ventanas, que mudas, muestran la tristeza de sus dueños.

Mientras iba al encuentro de la Aurora para que me contara cómo andaba, una ráfaga de viento me llenó de polvo y un papel arrugado y miedoso se me pegó la pierna.

Lo tomo, trato de estirarlo un poco y lo leo. La letra es clara, sencilla, pero firme. No sé si es una confesión o un pequeño recuerdo dejado a su destino. La cosa es, que a medio leerlo me encuentro en otro lado, frente a una pizería mirando a un sujeto levartar un vaso…

“El loco de mi barrio se llama Emilio, aunque él prefiere que lo llamen Gabriel. Yo siempre me topo con él en la calle y cuando me saluda me da un tremendo manotazo que casi me hunde.

Todas las mañanas extiende un trozo de cartón en la vereda opuesta de mi casa y se sienta cabizbajo a ordenar su deshilachado abrigo. De repente lanza unas potentes carcajadas sin motivo alguno. Dicen que se volvió loco por penas de amor…. eso dicen.

Ya le he pasado tres candados que me ha solicitado, pues cuando él sale a caminar, quiere dejar todo con llave porque algunos vecinos le pueden entrar a robar

El otro día estaba temblando de miedo y pidiéndome que lo sacara de allí porque la vereda estaba llena de serpientes que lo querían atacar. Cada vez que me ve con mi cámara fotográfica, me solicita que le tome una foto, pero solamente la cara, pues no ha planchado su traje. Yo le comento que es muy fotogénico, y le pregunto ¿y con esos hermosos ojos verdes, se puede ver a una linda muchacha hasta más allá del horizonte? Eso le provoca una ancha y amplia sonrisa, recordando seguramente alguna conquista clandestina. Es conmovedor con la ternura y dulzura infinita con que acaricia a mi perro, recomendándome que siempre lo lleve por la sombra, recalcando que algún día entenderé el porqué de ese consejo

Siempre me pregunta qué edad tengo, y pareciera esperar con ansias mi respuesta, para hacer gala de que él en una época fue lúcido y letrado, y parafraseando a Oscar Wilde me responde “usted es la versión contemporánea de Dorian Grey”, él ya conoce de antemano el ritual que en mí provoca esa respuesta tan bizarra, celebrándosela e invitándolo a comernos un completo, que al final lo cambiará por un trozo de pizza.

Me queda claro que todos tenemos algo de El Loco Emilio, con respecto a mí, sueño algún día con sacarme el Kino…y ni siquiera lo juego.

Recuerdo un día, debió haber sido en la madrugada de un sábado, que Emilio en el restaurante de la esquina pidió una cerveza, exigiendo que se la pusieran en un vaso de vidrio, el que de inmediato levantó a contraluz para verificar su limpieza.

Al parecer, al dueño no le agradó la inspección, ni menos viniendo del sucio y maloliente loco Emilio, sacándolo a empujones del local.

Cuando pasa una ambulancia haciendo sonar su sirena, el loco Emilio se pone a gritar: “Ahí va uno que está dejando este mundo”, y yo para no ser menos me acoplo a su sentencia y agrego, “alguna alma brillante está dejando este mundo de ilusión y de destellos”… Pero el loco Emilio ya no me escucha, está sumergido en su mundo de sombras, agachado, recogiendo colillas de cigarros que alegran los retazos de su delirante y fragmentada vida.”

Cuando pase por la Aurora, busque, mire por ahí y por allá. Tal vez se encuentre a Emilio, en una de sus veredas, por lo menos en las que todavía quedan.

¡Hasta el próximo click!

 

Walter Blas

Invitado: “El Loco de mi Barrio” de Boris Elchiver

Foto: Boris Elchiver

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