Al ejercicio de la libertad subyace el más humano de los rasgos, la expresión de la identidad individual o colectiva y no es otra que La República, la que dignifica e iguala el derecho de las personas a expresarlas en una sociedad, pluralista, inclusiva y tolerante.
Piden administrar algunos servicios públicos, fiscalizar ecosistemas, crear servicios populares, entre otras temáticas que ayuden a mejorar su función.
Una nueva agenda comienza, con nuevas autoridades y nuevo escenario político que debería priorizar la revalorización de la democracia desde los territorios.
Debemos recordar cada cierto tiempo que Chile vivió un momento complejo para la convivencia democrática, la cual no podemos dejar en el baúl de los recuerdos.
Las ideas de corrección o el impulso a derechos sustantivos o de discriminación positiva, que traspasan el umbral de la igualdad ante la ley o la igualdad política, si bien pueden contribuir al reconocimiento institucional de algunos sectores excluidos a razón de algunas concentraciones de Poder, no pueden superar los sutiles equilibrios de la razón, el respeto, la tolerancia y el espíritu de fraternidad que debe alcanzar al carácter de la nación para abrazar un futuro compartido, para no volverse incompatible con la democracia, la libertad, la paz y la prosperidad.