Las empresas de Bío Bío tienen muy baja competitividad, las causas no están siendo atendidas por la política pública y, peor aún, es desconocida por la autoridad regional.
De no establecer una formulación que hiciese exigibles los derechos sociales, cualquier carta fundamental no sería más que una ley y un manifiesto de propaganda.
Lo que queda ahora es creer que el turismo de sol y playa sí puede ser una opción de crecimiento.
Frente a la contingencia sanitaria actual por la infección de Coronavirus, este fenómeno cumple los requisitos de un Cisne negro.
Ha llegado el tiempo en que tendremos que definir el tipo de país y la democracia que dejaremos a las futuras generaciones.