Opinión

El impacto de lo altamente improbable

Frente a la contingencia sanitaria actual por la infección de Coronavirus, este fenómeno cumple los requisitos de un Cisne negro.

Por: Diario Concepción 03 de Marzo 2020
Fotografía: Nicolás Saá

Nicolás Saá
Director Centro de Simulación Clínica
Académico de la Facultad de Medicina UCSC

Nassim Nicholas Taleb, filósofo libanés estadounidense, en su libro “El Cisne Negro: el impacto de lo altamente improbable”, habla de todos aquellos sucesos imprevisibles, sorpresivos, inesperados, que logran tener un gran impacto, una gran repercusión, donde la relación de linealidad típica de la ciencia, causa y efecto, se pierde, dando lugar en la población a desorientación, sorpresa, incluso, hasta miedo ante lo desconocido.

Ejemplo de aquello es el triunfo de Donald Trump en la candidatura a la presidencia de Estados Unidos en el año 2016 o más actualmente el Brexit que este año 2020, se empieza a aplicar. Esto nace en un hallazgo del siglo XVII en que se pensaba que sólo existían cisnes blancos, pero una mutación genética “espontánea” en Australia dio pie a la aparición de cisnes completamente negros.

Esta irregularidad en el patrón original de “espontáneo” tiene poco o nada (si es que se podría clasificar algo aún como espontáneo). Este obedece a un nuevo paradigma, un nuevo constructo que llevó de alguna manera a esa mutación, no de una manera lineal, sino que compleja. Para que un fenómeno se pueda clasificar como “Cisne Negro” debe contar con las siguientes características: Que sea inesperado, que tenga un gran impacto, que tenga predictibilidad retrospectiva.

Frente a la contingencia sanitaria actual por la infección de Coronavirus, este fenómeno cumple los requisitos de un Cisne negro. Fue inesperado, ya que nadie preveía esta infección dentro de los virus habituales, ha tenido y tiene un gran impacto, dada la escala de infección y las múltiples áreas afectadas: económica, social, sanitaria, gubernamental, tecnológica, derechos humanos, etc. Y aquí lo más interesante: debe de tener una predictibilidad retrospectiva.

Las ciencias de la complejidad permiten salir del paradigma de la ciencia “normal”, dando un giro revolucionario, ya que el futuro es la predictibilidad de fenómenos. La ciencia preventiva nos permitirá en un futuro más que cercano adelantarnos ante los hechos consumados de una epidemia o pandemia , ya que analizará la red de interacciones entre fenómenos que se pueden pensar aislados en el modelo actual, pero contraintuitivamente en las ciencias de la complejidad tiene una relación de redes e interactúan entre ellos (nodos).

Debemos abrir nuestras mentes antes nuevos modelos de pensamiento que permitirán una mejor resolución de los problemas que afectan a la humanidad: calentamiento global, escasez hídrica, estallidos sociales, crisis económicas, epidemias, etc.

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