Tras dos años de gobierno, La Moneda está en una encrucijada. Profundizar la caída en la percepción ciudadana o respetar y atender a las demandas que se han hecho escuchar en todo Chile.
La sociedad chilena está consciente de que el país requiere de crecimiento económico y que ello debe estar vinculado a preocupaciones sociales y medioambientales.
Ese escenario ofrece grandes oportunidades para las empresas de comunicación. La información seria, veraz y en compromiso con la comunidad seguirá como el componente transversal a cualquier tecnología.
Hay espacio en la sociedad para asimilar que la ciudad, sus espacios públicos y sus instituciones no sólo deben ser cuidados por funcionarios, sino que por todos los ciudadanos.
Competir por precio, como lo hace la gran mayoría de las empresas locales -salvo rarísimas excepciones- puede resultar en la muerte lenta, pero segura, de una organización empresarial.
Debería provocar -al menos- severa preocupación si como sociedad validamos argumentos sobre la responsabilidad de las mujeres en la violencia de la cual han sido víctimas.