Los exiguos ingresos de la mayoría de la población de Chile, durante un periodo de normalidad, provoca una predilección por el endeudamiento como forma de abordar las necesidades más inmediatas, incluso la comida se puede comprar en “cómodas” cuotas.
No dimos el ancho, cosechamos el individualismo extremista que sembramos durante años.
“No hay que tener miedo de la pobreza ni del destierro, ni de la cárcel, ni de la muerte. De lo que hay que tener miedo es del propio miedo.” Epícteto