Su filosofía se fundó en la pretendida naturaleza racional del ser humano, sosteniendo que el egoísmo es un derecho.
El acerero se despide del fútbol, recordándonos que algún día tuvimos muchos goleadores, por todo lados. Hoy, no salen, no se forman, no aparecen. Por eso, la “Roja” no sale del cero.