Al parecer la pandemia del Covid-19 nos ha ido enseñando que más bien todo transmuta, cambia, se vuelve algo distinto, diferente.
La democracia es un continuo que requiere de la responsabilidad y compromiso de todos con los principios y valores democráticos, tanto de los gobernantes como de los gobernados.
Para vivir libremente necesitamos educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar y aborto legal para no morir.
No parece posible una reactivación que desprecie el crecimiento económico con base en la libre iniciativa, pero tampoco parece posible seguir produciendo en base a una economía de commodities, que pueda ser sostenible social y ambientalmente.