Leidy Peña Contreras
Estudiante del Magíster de Astronomía UdeC

Hace poco más de un año, para noviembre de 2021, las noticias acerca de una nave espacial que iría al espacio a golpear un asteroide para demostrar que como raza estamos en la actualidad capacitados para defendernos ante una amenaza del espacio sonaba un tanto a ciencia ficción, probablemente seguíamos esperando que Bruce Willis saliera al rescate de la humanidad. Pero no, la NASA y la ESA ya llevaban tiempo desarrollando la tecnología y la ciencia necesaria para esta hazaña.

La prueba de redireccionamiento de un asteroide binario o DART (en inglés: Double Asteroid Redirection Test) fue una misión espacial destinada a probar un método de defensa planetaria contra objetos que se encuentran relativamente cerca de la Tierra, y así planificar futuras misiones de deflexión de asteroides, es decir, estar prevenidos.

La tarea era chocar con la pequeña luna, Dimorphos, de un asteroide, Dydimos, para cambiar su órbita alrededor de su cuerpo inicial y desviarlo, y fue el 26 de septiembre cuando DART logró golpear esta pequeña luna. Pero apenas hace dos días la NASA comunicó que este choque alteró realmente con éxito la órbita del asteroide; antes del impacto Dimorphos tardaba 11 horas y 55 minutos en orbitar a Didymos, y desde entonces se confirmó que su órbita cambió a 11 horas y 23 minutos, tres veces más de lo pronosticado.

Para esto, el CubeSat italiano que formó parte de la misión DART, generó imágenes minutos después de la colisión que permitieron confirmar el suceso. Se espera que en unos cuatro años el proyecto HERA de la ESA pueda realizar estudios mucho más detallados de este par de asteroides como consecuencia del choque. Aunque en la actualidad grandes telescopios contribuyen a las observaciones, entre los que se encuentra el Observatorio Las Campanas, Observatorio de La Silla y la red global de telescopios del Observatorio Las Cumbres en Chile.

La misión DART ha proporcionado fascinantes datos, y lo más importante es que DART se alineó con dos aspectos importantes de los objetivos de las agencias espaciales para mejorar la vida en la Tierra, una de ellas es demostrar técnicas para proteger nuestro planeta, y la otra, desarrollar tecnologías que podrían tener más aplicaciones útiles.