
La libertad y la independencia no son entidades estáticas, de aquellas que se consiguen y permanecen sin otro esfuerzo, ambas pueden desaparecer inadvertidamente si los actores que las han hecho posibles desaparecen y si sus sucesores se restan al permanente esfuerzo de defenderlas e incrementarlas.
Este fenómeno afecta la manera como se debe educar a las nuevas generaciones, no solo en contenidos, sino en actitudes y competencias para enfrentar con éxito los desafíos de un mundo hiperconectado que cambia a velocidades nunca antes vistas.
El nuevo Plano Regulador es un instrumento de reacción y diagnóstico, que revela con claridad una entidad vital y creciente, un polo demandante de desarrollo, el tipo de problemas que abre la puerta a las oportunidades.