No se ha terminado de barrer debajo de la alfombra. No hay intención de ofender a nadie, solo que es saludable deshacer las dudas, asegurar la probidad, lo que debe quedar fuera de sospecha es el recto proceder de las autoridades edilicias reelegidas.
En una reflexión de Yuval Noah, profesor de historia en la Universidad Hebrea, se compara la velocidad del progreso, del cual nadie duda, pero que no todos comprenden su magnitud.
A pesar de todas las circunstancias presentes, lo que debe estar claro es que nuestro país está perfectamente vivo y operativo, sus fuerzas sociales íntegras y comprometidas. No es la sociedad abúlica de la cual se puede impunemente abusar.
Si no se ha pensado bien, si es necesario empezar ahora a considerar las posibilidades. Entonces es claramente prematuro tanto jolgorio, ya que en términos prácticos todo está como siempre, autoridades regionales sin autonomía ni atribuciones.
De lugares comunes está tapizado el mundo de las letras, hasta comprometer a la duda, por su lamentable tendencia al asalto, "me asaltó una duda", se expresa con preocupación. La otra es la fuerza de la atención, "me llamó poderosamente la atención", suele comentarse.